Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
He llegado a pensar que si tú me faltaras,
jamás soportaría tan dolorosa ausencia,
y mis horas serían terriblemente amargas,
cuando en la soledad tristemente me sienta.
Las angustias sentidas llegarían como espadas,
con sus filos hirientes de extremada dureza,
y mi mente sería como inmensa maraña
extendida en el alma fundida a mi materia.
Mis noches serían tristes, también mis alboradas,
y el solitario espacio revivíría mis penas
al ver cada detalle que tus manos tocaban
como una disciplina de la diaria faena.
Extrañaría tu risa , tus plácidas palabras,
las que me proferías en esa charla amena,
y tus manos sedosas cuando me acariciaban
para brindarme dicha con calidez suprema.
Por eso vida mía no quiero que te vayas,
porque me moriría toda vez que así fuera;
por eso yo he fincado bastantes esperanzas
para que Dios te brinde felicidad completa.
jamás soportaría tan dolorosa ausencia,
y mis horas serían terriblemente amargas,
cuando en la soledad tristemente me sienta.
Las angustias sentidas llegarían como espadas,
con sus filos hirientes de extremada dureza,
y mi mente sería como inmensa maraña
extendida en el alma fundida a mi materia.
Mis noches serían tristes, también mis alboradas,
y el solitario espacio revivíría mis penas
al ver cada detalle que tus manos tocaban
como una disciplina de la diaria faena.
Extrañaría tu risa , tus plácidas palabras,
las que me proferías en esa charla amena,
y tus manos sedosas cuando me acariciaban
para brindarme dicha con calidez suprema.
Por eso vida mía no quiero que te vayas,
porque me moriría toda vez que así fuera;
por eso yo he fincado bastantes esperanzas
para que Dios te brinde felicidad completa.