Enrique Dintrans alarcón
Miembro Conocido
ALMA EN SILENCIO
Era necesario, ya cumplido el tiempo
dejar la morada de mi conciencia.
Hay un ángel junto a la puerta;
siento un coro de flores
y pajarillos de luz.
¡Ay, vida, cuánto me has amado!
Me diste un corazón viajero,
un libro por recorrer
unas manos atentas e inquietas
y una voz que ya se extingue.
¿Y ahora un ancestral silencio,
para no distraer a nadie
con mensajes de turbulencia?
Me parece lo más sensato
El fuego que siempre nos enciende
imprime a nuestros cuerpos una huella
de pasión y magia,
recuerdo imborrable de nuestros pasos.
Las cenizas no mienten
solo que viajan por la tierra
en partículas mensajeras,
dispuestas e ingresar en las raíces
un antídoto a las tinieblas.
E.D.A
Era necesario, ya cumplido el tiempo
dejar la morada de mi conciencia.
Hay un ángel junto a la puerta;
siento un coro de flores
y pajarillos de luz.
¡Ay, vida, cuánto me has amado!
Me diste un corazón viajero,
un libro por recorrer
unas manos atentas e inquietas
y una voz que ya se extingue.
¿Y ahora un ancestral silencio,
para no distraer a nadie
con mensajes de turbulencia?
Me parece lo más sensato
El fuego que siempre nos enciende
imprime a nuestros cuerpos una huella
de pasión y magia,
recuerdo imborrable de nuestros pasos.
Las cenizas no mienten
solo que viajan por la tierra
en partículas mensajeras,
dispuestas e ingresar en las raíces
un antídoto a las tinieblas.
E.D.A