Jurcan Uriarte Pontleca
Miembro Conocido
¡ PAZGUATO!!! ¿ AHORA QUE TE PASÓ ???
Pazguato: individuo flaco, larguchón, apiñonado, de cara larga, nariz puntiaguda y cabellos parados (actualmente se le dice ”loock”). Al caminar parece que va bailoteando --- con cierto vaivén Al andar ---. Es educado y sonriente. Tal vez padece alguna tara, no severa; lo vivaracho hace que se le mire como un muchacho precoz y activo. “--- Es el clásico “chambitas”. A todo le hace con tal de ganarse unos centavos. Es servicial, acomedido y en pocas palabras “metiche”. Cada vez que se le encuentra, hace plática sobre algún acontecimiento y termina uno carcajeándose por sus puntadas; quienes lo conocemos estamos acostumbrados a sus tonterías. “--- Por lo que sé, Pazguato, solamente cursó la enseñanza escolar, nada más la primaria; sabe leer y escribir --- va al día ---; además de tener celular, platica sobre computación y habla de sus contactos en facebook, twiter, whatsapp, correo electrónico y baja música y videos para su móvil --- cosa, que algunos, aunque con cierta preparación desconocemos todos esos argüendes cibernéticos ---. En fin, él, no anda tan despistado. No tiene mucho que lo encontré, me saludo y me dijo: “--- Oiga señor Jurcan!!! ¿Qué cree que me sucedió?. ¿Qué te sucedió, Pazguato? Le contesté... “--- Pues verá, ¿Conoce a don Porfirio, el que vive a un lado de los baños? “--- ¡Si…, si lo conozco!!!… “--- Pues me pidió que le pintara su casa, toda, desde el interior hasta la fachada y agarré la “chamba”, aunque tuve que conseguir quien me ayudara; porque era mucha “chamba”, para mi solo. Nos aventamos más de una semana en eso y como se acercaba la Navidad, no quise recibir ningún centavo hasta no terminar; yo quería recibir todo junto para comprarle a mi jefecita algunas cosas que necesita, igual a mi hermanos, a mis sobrinos y tener para la cena, ya que cada año nos la pasamos mal por no haber dinero. “--- Una vez que terminé la chamba hice cuentas con don Porfirio y me dijo: “--- ¡Pazguato, No tengo dinero en efectivo! Tú sabes que soy serio en las cuestiones de la “paga”, voy a tener que “extenderte” un cheque… “--- Yo le contesté que nunca me han pagado con cheque --- ya que no le entiendo nada a eso de los bancos ---, y para qué me lo “extiende…, “---¡ Démelo así, como se acostumbra y pueda cobrarlo! “--- Cosa que le dio mucha risa me dio el dichoso cheque y me dijo: “--- Puedes cobrarlo en Bancomer, ahí en el Boulevard Norte, casi frente a CAPU (Central de Autobuses de Puebla), hay uno. “--- ¡Bueno, si no hay de otra, ya qué!!! “--- Una vez que me dio el cheque me lo guardé en la bolsa de adentro de mi chamarra y lo iba apachurrándolo con el sobaco, no sea que lo fuera yo a perder… “--- Para evitar riesgos me fui caminando hasta la CAPU, no fuera que en el camión me metieran la mano y ni cuenta me iba a dar como me lo sacaban. “--- Llegué al banco --- había una fila grande ---, y le pregunté a una persona que estaba formada que si ahí pagaban los cheques y me dijo: ¡No, aquí es “cajero! Que eso era en las cajas que están adentro del mismo banco. “--- Me paré mero enfrente de la puerta que da al interior del banco. Claramente leí que decía “PUJE”, y “pujé”. “--- Yo he visto, que en los centros comerciales hay puertas que se abren con sólo pararse enfrente y por eso me pare mero enfrente y “pujé”, pues mi celular es “touch”, y tiene grabadora la que a veces pongo para levantarme más temprano, por eso “pujé”, a lo mejor es otra técnica moderna. “--- La puerta no se abrió, entonces volví a leer lo que a la altura de la agarradera decía y no me equivoqué, el pequeño anuncio pegado en la puerta principal decía: “PUJE”, y otra vez empecé a “pujar”, --- ahora más fuerte, pensando que el sonido de mi “pujido”, abriría la puerta del banco ---, y “pujé una, dos, tres veces,.. no sé cuantas”, el caso es que la puerta no se abría y con eso de la tecnología, pues se lleva uno cada sorpresa. Me imagino que el vigilante o personal del banco, desde adentro me estaban mirando, porque, uno de ellos abrió la puerta y me dijo: ¿va a hacer algún movimiento, va a depositar o a cobrar algún cheque?, --- yo no supe que contestar ---. “--- En ese momento, vi, como la misma persona quito otro papel que estaba mal pegado en la puerta que tapaba parte de la palabra ahí escrita y dejaba al descubierto “PUJE”; ya sin el papel decía “EMPUJE”, o sea que tenía uno que empujar para que la puerta principal se abriera no “pujar”. “… La verdad sudé a chorros por la pena, pero cobré mi cheque y nos pasamos un fin de año a todo dar. Ojalá que en mis otras “chambas” no me vuelvan a pagar con “cheque”.
Pazguato: individuo flaco, larguchón, apiñonado, de cara larga, nariz puntiaguda y cabellos parados (actualmente se le dice ”loock”). Al caminar parece que va bailoteando --- con cierto vaivén Al andar ---. Es educado y sonriente. Tal vez padece alguna tara, no severa; lo vivaracho hace que se le mire como un muchacho precoz y activo. “--- Es el clásico “chambitas”. A todo le hace con tal de ganarse unos centavos. Es servicial, acomedido y en pocas palabras “metiche”. Cada vez que se le encuentra, hace plática sobre algún acontecimiento y termina uno carcajeándose por sus puntadas; quienes lo conocemos estamos acostumbrados a sus tonterías. “--- Por lo que sé, Pazguato, solamente cursó la enseñanza escolar, nada más la primaria; sabe leer y escribir --- va al día ---; además de tener celular, platica sobre computación y habla de sus contactos en facebook, twiter, whatsapp, correo electrónico y baja música y videos para su móvil --- cosa, que algunos, aunque con cierta preparación desconocemos todos esos argüendes cibernéticos ---. En fin, él, no anda tan despistado. No tiene mucho que lo encontré, me saludo y me dijo: “--- Oiga señor Jurcan!!! ¿Qué cree que me sucedió?. ¿Qué te sucedió, Pazguato? Le contesté... “--- Pues verá, ¿Conoce a don Porfirio, el que vive a un lado de los baños? “--- ¡Si…, si lo conozco!!!… “--- Pues me pidió que le pintara su casa, toda, desde el interior hasta la fachada y agarré la “chamba”, aunque tuve que conseguir quien me ayudara; porque era mucha “chamba”, para mi solo. Nos aventamos más de una semana en eso y como se acercaba la Navidad, no quise recibir ningún centavo hasta no terminar; yo quería recibir todo junto para comprarle a mi jefecita algunas cosas que necesita, igual a mi hermanos, a mis sobrinos y tener para la cena, ya que cada año nos la pasamos mal por no haber dinero. “--- Una vez que terminé la chamba hice cuentas con don Porfirio y me dijo: “--- ¡Pazguato, No tengo dinero en efectivo! Tú sabes que soy serio en las cuestiones de la “paga”, voy a tener que “extenderte” un cheque… “--- Yo le contesté que nunca me han pagado con cheque --- ya que no le entiendo nada a eso de los bancos ---, y para qué me lo “extiende…, “---¡ Démelo así, como se acostumbra y pueda cobrarlo! “--- Cosa que le dio mucha risa me dio el dichoso cheque y me dijo: “--- Puedes cobrarlo en Bancomer, ahí en el Boulevard Norte, casi frente a CAPU (Central de Autobuses de Puebla), hay uno. “--- ¡Bueno, si no hay de otra, ya qué!!! “--- Una vez que me dio el cheque me lo guardé en la bolsa de adentro de mi chamarra y lo iba apachurrándolo con el sobaco, no sea que lo fuera yo a perder… “--- Para evitar riesgos me fui caminando hasta la CAPU, no fuera que en el camión me metieran la mano y ni cuenta me iba a dar como me lo sacaban. “--- Llegué al banco --- había una fila grande ---, y le pregunté a una persona que estaba formada que si ahí pagaban los cheques y me dijo: ¡No, aquí es “cajero! Que eso era en las cajas que están adentro del mismo banco. “--- Me paré mero enfrente de la puerta que da al interior del banco. Claramente leí que decía “PUJE”, y “pujé”. “--- Yo he visto, que en los centros comerciales hay puertas que se abren con sólo pararse enfrente y por eso me pare mero enfrente y “pujé”, pues mi celular es “touch”, y tiene grabadora la que a veces pongo para levantarme más temprano, por eso “pujé”, a lo mejor es otra técnica moderna. “--- La puerta no se abrió, entonces volví a leer lo que a la altura de la agarradera decía y no me equivoqué, el pequeño anuncio pegado en la puerta principal decía: “PUJE”, y otra vez empecé a “pujar”, --- ahora más fuerte, pensando que el sonido de mi “pujido”, abriría la puerta del banco ---, y “pujé una, dos, tres veces,.. no sé cuantas”, el caso es que la puerta no se abría y con eso de la tecnología, pues se lleva uno cada sorpresa. Me imagino que el vigilante o personal del banco, desde adentro me estaban mirando, porque, uno de ellos abrió la puerta y me dijo: ¿va a hacer algún movimiento, va a depositar o a cobrar algún cheque?, --- yo no supe que contestar ---. “--- En ese momento, vi, como la misma persona quito otro papel que estaba mal pegado en la puerta que tapaba parte de la palabra ahí escrita y dejaba al descubierto “PUJE”; ya sin el papel decía “EMPUJE”, o sea que tenía uno que empujar para que la puerta principal se abriera no “pujar”. “… La verdad sudé a chorros por la pena, pero cobré mi cheque y nos pasamos un fin de año a todo dar. Ojalá que en mis otras “chambas” no me vuelvan a pagar con “cheque”.