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¡Lleva las riendas!

[h=2][/h]He andado este desierto tantas veces,
una y otra vez bajo mis plantas,
tapiz de huellas
que el olvido mezcla y confunde.
Es difícil saber si ya vine o si me iba.

Lleva las riendas tú, por si acaso
aún conociendo las pistas del camino
puede ser que me extravíe.

Las miradas me interrogan
exigen implacables al paso justo
hollar este tramo ceniciento.
Esos ojos desconfiados me dicen:
-¡Loca, haz lo que espero y te salvas!
los reconozco sin saber quiénes son.
Sonrío y espero, es un ardid
hasta que descifre que pretenden.

A veces no soy de este mundo,
por eso debes conducirme desde ahora.
¡Lleva las riendas tú!
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
He andado este desierto tantas veces,
una y otra vez bajo mis plantas,
tapiz de huellas
que el olvido mezcla y confunde.
Es difícil saber si ya vine o si me iba.

Lleva las riendas tú, por si acaso
aún conociendo las pistas del camino
puede ser que me extravíe.

Las miradas me interrogan
exigen implacables al paso justo
hollar este tramo ceniciento.
Esos ojos desconfiados me dicen:
-¡Loca, haz lo que espero y te salvas!
los reconozco sin saber quiénes son.
Sonrío y espero, es un ardid
hasta que descifre que pretenden.

A veces no soy de este mundo,
por eso debes conducirme desde ahora.
¡Lleva las riendas tú!

Un poema bello y profundo a veces necesitamos de esa guía que encamine nuestro anda acompasando el paso al nuestro,bellos versos,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
He andado este desierto tantas veces,
una y otra vez bajo mis plantas,
tapiz de huellas
que el olvido mezcla y confunde.
Es difícil saber si ya vine o si me iba.

Lleva las riendas tú, por si acaso
aún conociendo las pistas del camino
puede ser que me extravíe.

Las miradas me interrogan
exigen implacables al paso justo
hollar este tramo ceniciento.
Esos ojos desconfiados me dicen:
-¡Loca, haz lo que espero y te salvas!
los reconozco sin saber quiénes son.
Sonrío y espero, es un ardid
hasta que descifre que pretenden.

A veces no soy de este mundo,
por eso debes conducirme desde ahora.
¡Lleva las riendas tú!
MARGUI

¡Cómo alegran el alma
tus sonrientes versos!

Aplausos a tu ego.

Abrazos y besos de mi balcón quiteño
de geranios multicromáticos,

Guillermo.

 

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