Lyliam
Miembro Conocido
Te veo de humo, de sin alientos
de muertos y de sin vida propia.
Algo tan esfumado y gris que casi no se nota.
Ya no rebota en vos ese latido
el que dejaba algún pequeño brillo,
de música, una nota.
Te adivino intentando
tratando de crear y sin motivos.
tan absurda como un triste payaso
que insiste en seguir vivo.
Yo te pinto la boca y te dibujo
a diario las sonrisas
pero me es imposible ocultarte los ojos
los maquillo de olvido
y volvés a llorar como una idiota.
Salgamos a la calle,
tal vez la multitud tenga el remedio.
No, por favor, no te fijes en esos
son la abulia y el tedio
causan muerte por lento veneno.
Por la acera de enfrente se pasea la angustia.
Ah! Que perra dispuesta a morder
del brazo de la envidia y del celo enfermizo
va rayando en el piso y cada franja
es victoria en su haber.
Toman té la apatía y la desidia en la esquina
y la cruel cobardía, fiel a su condición de rata
asoma por aquella alcantarilla.
Quién diría que la fe,
chapoteara en un charco de barro
y que cada transeúnte siguiera de largo.
No hagas gestos,
por favor disimula,
detrás de aquella banca creo reconocer una figura.
Tiembla como una hoja ¿La ves? Es la ternura...
Ya no sabe que hacer,
no encaja en este mundo de locura.
Ya no quiero seguir.
¿Nos volvemos, sonrisa?
de muertos y de sin vida propia.
Algo tan esfumado y gris que casi no se nota.
Ya no rebota en vos ese latido
el que dejaba algún pequeño brillo,
de música, una nota.
Te adivino intentando
tratando de crear y sin motivos.
tan absurda como un triste payaso
que insiste en seguir vivo.
Yo te pinto la boca y te dibujo
a diario las sonrisas
pero me es imposible ocultarte los ojos
los maquillo de olvido
y volvés a llorar como una idiota.
Salgamos a la calle,
tal vez la multitud tenga el remedio.
No, por favor, no te fijes en esos
son la abulia y el tedio
causan muerte por lento veneno.
Por la acera de enfrente se pasea la angustia.
Ah! Que perra dispuesta a morder
del brazo de la envidia y del celo enfermizo
va rayando en el piso y cada franja
es victoria en su haber.
Toman té la apatía y la desidia en la esquina
y la cruel cobardía, fiel a su condición de rata
asoma por aquella alcantarilla.
Quién diría que la fe,
chapoteara en un charco de barro
y que cada transeúnte siguiera de largo.
No hagas gestos,
por favor disimula,
detrás de aquella banca creo reconocer una figura.
Tiembla como una hoja ¿La ves? Es la ternura...
Ya no sabe que hacer,
no encaja en este mundo de locura.
Ya no quiero seguir.
¿Nos volvemos, sonrisa?