Pilar Marti
Miembro Conocido
Que temes hombre aguerrido
curtido en cien mil batallas,
quieres acaso que yo
sea virgen, pura y santa.
Mira tu rostro y tus manos
reflejados en el agua,
no hay nada que limpiar pueda
la iniquidad de tu alma.
Huye a los bosques lejanos
y penetra en sus entrañas,
y cuando la penitencia
haya "lavado" tu cara.
Entonces, amigo mio,
vuelve hacia mi tu mirada
y admite con humildad,
que no pueda ser ya virgen
que no pretenda ser pura,
y que nunca he sido santa.
Es la versión de un antiguo poema, cuyo autor olvidé.
La sinceridad de la joven limpia su pasado,, el hombre promiscuo le pide las virtudes que el siempre pisoteó.
Esa es la moraleja, muy real, por cierto.
curtido en cien mil batallas,
quieres acaso que yo
sea virgen, pura y santa.
Mira tu rostro y tus manos
reflejados en el agua,
no hay nada que limpiar pueda
la iniquidad de tu alma.
Huye a los bosques lejanos
y penetra en sus entrañas,
y cuando la penitencia
haya "lavado" tu cara.
Entonces, amigo mio,
vuelve hacia mi tu mirada
y admite con humildad,
que no pueda ser ya virgen
que no pretenda ser pura,
y que nunca he sido santa.
Es la versión de un antiguo poema, cuyo autor olvidé.
La sinceridad de la joven limpia su pasado,, el hombre promiscuo le pide las virtudes que el siempre pisoteó.
Esa es la moraleja, muy real, por cierto.
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