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“chiquilifas” (triunfó el amor).

“CHIQUILIFAS” (TRIUNFÓ EL AMOR).
¡El colmo!!! Clarita, ya no podía pasar ni entrar a visitar a su hija Alicia, en su casa. Un perro grande, suelto, de los que se dicen de pelea cuidaba celosamente por la parte de afuera, la casa contigua. Era una amenaza y un peligro, pese a que al propietario del perro se le había advertido en varias ocasiones del riesgo y peligro que representaba ese animal para los transeúntes, pero se burlaba e ignoraba las quejas.

El perro tenía amenazado extenso tramo del boulevard en populosa colonia de la capital poblana. La mayor parte de vecinos, por temor a represalias con el propietario del perro trataban mejor de desviarse o evadir ese tramo de vía, dicho individuo se daba ínfulas de influyente y hacia caso omiso a las quejas.
Los quejosos preferían no cruzar por el lugar.
Clarita, no podía hacer lo mismo, ya que era necesario acudir al inmueble de su hija, es decir, todos los días y en todo momento, pues tenía encomendado su cuidado y otras actividades dentro de dicha casa.
Debido al peligro constante, para su seguridad y por precaución, Clarita, se armó de un “palo” (tramo de madera), dado el caso de que el peligroso can la atacara. En parte dio resultado, pero el peligro era latente y el temor de los ataques peligrosos del animal iba en aumento.

Debido a la enfermedad que aquejaba a Clarita, ocasionaba que su salud se viera minada en parte.

¡Lo paradójico! En la entrada principal (zaguán), de la vivienda de Clarita, todos los días, desde el amanecer, un perro esperaba pacientemente a que Clarita, se asomara, pues al salir, el noble animal sabía, que de seguro recibiría algo de alimento y efectivamente así era. El perro agradecido permanecía parte del día custodiando la casa y si alguien se acercaba a Clarita, éste ladraba para demostrar que la cuidaba, muy diferente al otro can que ponía en peligro la integridad física de Clarita, y el constante riesgo de atacarla.
Clarita, nunca supo quien era el propietario de este perro y por razones desconocidas lo llamó “CHIQUILIFAS”.

Cansada de estar expuesta al peligroso animal, Clarita, descubrió que el “CHIQUILIFAS”, era de raza grande y robusto ---además imponía temor---, entonces se le ocurrió que dicho perro podría acompañarla a casa de su hija, éste la protegería ---primero por lo agradecido y segundo por lo grandulón del animal---.
Efectivamente, así lo hizo.

Al día siguiente, Clarita, llamó a “CHIQUILIFAS”, por su nombre y al emprender la caminata el noble animal obedeció y le dijo: ¡Ven “CHIQUILIFAS”, acompáñame!

Clarita, de manera presumida y segura de sí misma por la protección de su noble acompañante iba al lado del animal; sin temor se dirigió hacia la casa de su hija.

En su mente iba repitiendo ---refiriéndose al animal agresor---:
¡Ahora sí, maldito animal, vas a ver cómo te va!!!

Tan pronto llegó a las inmediaciones de la vivienda donde el peligroso animal arremetía contra todo aquel que pasara, a escasos metros, de manera retadora, Clarita, le dijo al animal:

¡”CHIQUILIFAS”, échatelo!!!

El peligroso perro agresor se arrojó de inmediato contra el “CHIQUILIFAS”, quien se quedó quieto, nada más gruñendo. ---Como milagro divino---, el peligroso perro se paró en seco, casi no hubo ladridos, ---nada como se ve en las películas cuando dos bestias van a destrozarse---.

Clarita se quedó quieta, mejor dicho, impávida, ante el acontecimiento. Pues su perro salvador se enfrentaba a esa bestia que por mucho tiempo la amenazó con morderla.

Lo que Clarita, nunca se imaginó ni se explicó: ¿ Por qué, el peligroso y maldito animal que constantemente la amenazaba no pudo sacar en ese momento la fiereza y bravura que siempre había mostrado durante tanto tiempo y ante tanta gente?

¿Será que hubo otro animal que lo había puesto en su lugar? es decir, gracias a un perro bravo y valiente como el “CHIQUILIFAS”,que lo aplacó.

O, sea que, gracias al perro salvador de Clarita, llamado “CHIQUILIFAS”, puso al monstruo cánido en su lugar ¡quieto!

¡PERO ESTA NO ES LA NOTICIA!!!… y queda a la imaginación de los lectores:

…¡ LA NOTICIA ES que “CHIQUILIFAS”, resultó que era HEMBRA!

El odiado can, sucumbió, al no poder resistirse a los encantos de “CHIQUILIFAS” y… TRIUNFÓ EL AMOR.


Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)

Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
22/02/2016 Derechos de Autor Reservados.©
 
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SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
“CHIQUILIFAS” (TRIUNFÓ EL AMOR).
¡El colmo!!! Clarita, ya no podía pasar ni entrar a visitar a su hija Alicia, en su casa. Un perro grande, suelto, de los que se dicen de pelea cuidaba celosamente por la parte de afuera, la casa contigua. Era una amenaza y un peligro, pese a que al propietario del perro se le había advertido en varias ocasiones del riesgo y peligro que representaba ese animal para los transeúntes, pero se burlaba e ignoraba las quejas.

El perro tenía amenazado extenso tramo del boulevard en populosa colonia de la capital poblana. La mayor parte de vecinos, por temor a represalias con el propietario del perro trataban mejor de desviarse o evadir ese tramo de vía, dicho individuo se daba ínfulas de influyente y hacia caso omiso a las quejas.
Los quejosos preferían no cruzar por el lugar.
Clarita, no podía hacer lo mismo, ya que era necesario acudir al inmueble de su hija, es decir, todos los días y en todo momento, pues tenía encomendado su cuidado y otras actividades dentro de dicha casa.
Debido al peligro constante, para su seguridad y por precaución, Clarita, se armó de un “palo” (tramo de madera), dado el caso de que el peligroso can la atacara. En parte dio resultado, pero el peligro era latente y el temor de los ataques peligrosos del animal iba en aumento.

Debido a la enfermedad que aquejaba a Clarita, ocasionaba que su salud se viera minada en parte.

¡Lo paradójico! En la entrada principal (zaguán), de la vivienda de Clarita, todos los días, desde el amanecer, un perro esperaba pacientemente a que Clarita, se asomara, pues al salir, el noble animal sabía, que de seguro recibiría algo de alimento y efectivamente así era. El perro agradecido permanecía parte del día custodiando la casa y si alguien se acercaba a Clarita, éste ladraba para demostrar que la cuidaba, muy diferente al otro can que ponía en peligro la integridad física de Clarita, y el constante riesgo de atacarla.
Clarita, nunca supo quien era el propietario de este perro y por razones desconocidas lo llamó “CHIQUILIFAS”.

Cansada de estar expuesta al peligroso animal, Clarita, descubrió que el “CHIQUILIFAS”, era de raza grande y robusto ---además imponía temor---, entonces se le ocurrió que dicho perro podría acompañarla a casa de su hija, éste la protegería ---primero por lo agradecido y segundo por lo grandulón del animal---.
Efectivamente, así lo hizo.

Al día siguiente, Clarita, llamó a “CHIQUILIFAS”, por su nombre y al emprender la caminata el noble animal obedeció y le dijo: ¡Ven “CHIQUILIFAS”, acompáñame!

Clarita, de manera presumida y segura de sí misma por la protección de su noble acompañante iba al lado del animal; sin temor se dirigió hacia la casa de su hija.

En su mente iba repitiendo ---refiriéndose al animal agresor---:
¡Ahora sí, maldito animal, vas a ver cómo te va!!!

Tan pronto llegó a las inmediaciones de la vivienda donde el peligroso animal arremetía contra todo aquel que pasara, a escasos metros, de manera retadora, Clarita, le dijo al animal:

¡”CHIQUILIFAS”, échatelo!!!

El peligroso perro agresor se arrojó de inmediato contra el “CHIQUILIFAS”, quien se quedó quieto, nada más gruñendo. ---Como milagro divino---, el peligroso perro se paró en seco, casi no hubo ladridos, ---nada como se ve en las películas cuando dos bestias van a destrozarse---.

Clarita se quedó quieta, mejor dicho, impávida, ante el acontecimiento. Pues su perro salvador se enfrentaba a esa bestia que por mucho tiempo la amenazó con morderla.

Lo que Clarita, nunca se imaginó ni se explicó: ¿ Por qué, el peligroso y maldito animal que constantemente la amenazaba no pudo sacar en ese momento la fiereza y bravura que siempre había mostrado durante tanto tiempo y ante tanta gente?

¿Será que hubo otro animal que lo había puesto en su lugar? es decir, gracias a un perro bravo y valiente como el “CHIQUILIFAS”,que lo aplacó.

O, sea que, gracias al perro salvador de Clarita, llamado “CHIQUILIFAS”, puso al monstruo cánido en su lugar ¡quieto!

¡PERO ESTA NO ES LA NOTICIA!!!… y queda a la imaginación de los lectores:

…¡ LA NOTICIA ES que “CHIQUILIFAS”, resultó que era HEMBRA!

El odiado can, sucumbió, al no poder resistirse a los encantos de “CHIQUILIFAS” y… TRIUNFÓ EL AMOR.


Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)

Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
22/02/2016 Derechos de Autor Reservados.©

Me encantó la historia Jurcan,el perrito no se resistió a los encantos de la canina,bello relato, un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

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