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“LA SOSPECHA, SOSPECHOSAMENTE SOSPECHOSA”. (AVENTURAS DE ¡JURCAN JOLMES y su asisten

“LA SOSPECHA, SOSPECHOSAMENTE SOSPECHOSA”.

(AVENTURAS DE ¡JURCAN JOLMES y su asistente GUANSON)


INTRODUCCIÓN


“No hay necesidad de cruzar el mar ni fronteras, tampoco recurrir al Scotland Yard o F.B.I. Para que ir tan lejos, nuestros sistemas de impartición de justicia, investigación, persecución y detención de delincuentes está ---podría decirse---, por encima de esas Instituciones. Tenemos métodos “infalibles”, ---aunque parezca increíble---, gracias a dos personajes que han logrado poner en alto la “Justicia y Seguridad en el mundo. ¡Bueno…, este…, en el país! ”, ¡Bueno…, este…, creo que exageramos, aquí nomás, o lo que sea, pero estos personajes han logrado sobresalir por sus hazañas. Nos referimos a…. ¡JURCAN JOLMES, “casual detective de barriada y su asistente, GUANSON.

“Aclararemos: Resulta que: JURCAN, se apellida JOLMES, no “HOLMES”; su inseparable asistente, para colmo “curandero y huesero”, no doctor, tiene por nombre: GUALBERTO NEPOMUCENO SARATE, apodado “GUANSARAS”, pero le dicen “GUANSON”, (no WATSON). (Nada que ver con el personaje de Arthur Conan Doyle: Sherlock Holmes y el Dr. Watson, aunque suene perecido).


“Este personaje surgió del barrio de Santa Anita. Adquirió experiencia al andar de “metiche” por todas partes. No llevó curso alguno para investigador privado, menos detective. Con dificultad terminó la primaria, pero eso que importa, porque gracias a lo “metiche”, ha dado resultados y sus deducciones son acertadas (chiripada o lo que sea), tan es así, que la Corporación Policiaca, de la Ciudad, le ha encomendado asuntos “difíciles de resolver” dando resultados óptimos. Ha logrado resolver asuntos que se miraban empantanados, pero, con eso de que “se mete donde no lo llaman”, ha tenido sus logros. Además, desconoce la palabra peligro por lo atrabancado”.


“Y, bien, JURCAN JOLMES, se ha visto en situaciones peligrosas, pero gracias a su asistente, el Buen, Guansaras, “GUANSON”, las ha librado.. “Estos justicieros, en su infinidad de aventuras han burlado a la muerte, en realidad, el héroe, ha sido el noble “GUANSON”, pero el crédito siempre se lo lleva JURCAN JOLMES.
“Por lo mientras “vivamos una aventura más de nuestros personajes: “JURCAN JOLMES (no HOLMES) y su inseparable asistente “GUANSON”, (no WATSON)”.


“Éste caso ha puesto a pensar día y noche a los Servicios de Seguridad Pública, a la sociedad entera, pero mas a nuestros personajes. Posiblemente se trate de un triángulo pasional entre: BULMARO, AZUCENA y FLORINDO, el jardinero; pero estos justicieros se han enfrentado a infinidad de situaciones peligrosas como lo veremos más adelante. Vamos al asunto:


CAPÍTULO I


“--- ¿Haber mi querido “Guanson”, dame una razón sobre este asunto que nos trae de cabeza:



"--- Recuerda que todo el barrio sabía que Bulmaro, le prometió matrimonio a Azucena, pero “ella”, tan pronto soltó prenda, “él”, se hizo el chistosito y olvidó tal promesa. Lógico, “El prometer no empobrece…”.


“---… Además, de donde iba a sacar Bulmaro, para la boda, nunca en su vida ha trabajado ---parece que ni conoce esa palabra---. Para el colmo nada más cursó el primer año de primaria y ni lo terminó. Dicen que el traje azul marino, con el que conquistó a Azucena, ahora todo raído y descolorido fue el que le compró su padrino de primera comunión, cuando no estaba botijón como ahora. Así que ya llovió.


“--- Pues bien, nuestras sospechas nos llevan a sospechar, sospechosamente que, Bulmaro, pretendía matar a Azucena, “de hambre”, (crimen perfecto), así, nadie sospecharía, ni habría sospechas, ni sospechoso que sospechudamente lo incriminara sospechadamente por homicidio. Cómo no se iba a morir la pobre Azucena, “de hambre”. Lo que hace sospechar, de manera sospechosa sobre este crimen, que el sinvergüenza del Bulmaro, ya lo tenía bien planeado.


CAPITULO II


“--- ¡Imagínate! Mi querido “Guanson”, Lo poco que ganaba Azucena, en su humilde y desgastante trabajo, lavando y planchando ropa ajena, además de quehaceres domésticos se lo robaba el flojonazo y sinvergüenza del Bulmaro, para sus vicios. Ella, apenas si probaba bocado. Todo se lo tragaba el Bulmaro, y el dinero que se ganaba, se lo quitaba para gastarlo en bebida con sus “amigotes”. A veces lograba librar algo de dinero para comida, pero el tragón de Bulmaro, se lo devoraba todo, ella, regularmente no probaba bocado, excepto, lo que a veces comía con sus patrones, razón por la cual, esta pobre mujer, cada día estaba mas flaca que “Rocinante, el caballo de Don Quijote de la Mancha”, y él, más “botijón”, tenía tal “panzota”, que se llegó a saber que constantemente le decía a Azucena: “Zuss, amárrame los tenis, ya ves que no me puedo ni agachar”.


“--- Tan flaquita estaba Azucena, que en los meses de tolvaneras, gracias a las bolsotas de ropa que llevaba y traía le servían de contrapeso, porque de otra manera había riesgo de que el viento se la llevara.


“--- Cuando Azucena, gozaba de cabal salud, pesaba casi 40 kilos, de estatura medía como un metro con cuarenta centímetros, con tacones. Era muy bonita, parecía “muñequita de porcelana”, fina y delicada, a comparación del Bulmaro, todo prieto, robusto y tosco, además, pesado ---hasta de carácter---, porque a todos les “caía mal, además de que parecía monstruo; tenía una estatura como de un metro, ochenta centímetros y pesaba casi 120 kilos. Nadie se imagina, qué fue lo que Azucena, le vio a este sujeto o cómo pudo conquistarla.


CAPITULO III


“---¡Cómo no sospechar, y cargar sospechosamente toda sospecha contra él, mi querido “Guanson”! Azucena estaba en la “flor de su juventud” y le hacía falta un jardinero, pues el Bulmaro, “un bueno para nada”, se la pasaba con sus “cuates”, echando “caguamas”; se ponía disparador porque le robaba a Azucena, lo que sacaba de las lavadas, planchadas y quehaceres domésticos. Le interesaba más “el chupe”, que atenderla, darle cariño y atención a la sumisa de Azucena.


“--- Sin embargo, aquí hay algo que me pone a pensar, mi querido “Guanson”, Bulmaro, sospechaba, sospechosamente, que la sospechosa de Azucena, se entendía con el sospechoso del Florindo, quien cuidaba el jardín de la casa de ahí junto y que estaba bajo su responsabilidad; era de sospecharse, que de paso regaba las flores del jardín ajeno, nada menos que de la bella Azucena.


“--- Aquí viene lo trágico, mi querido “GUANSON”, Debido a que Azucena, se malpasaba, por culpa del glotón del Bulmaro, cayó en una anemia de miedo, su desnutrición fue tal, que dicen, que al sentirse más enferma le pidió al Bulmaro, que la llevara al doctor, y éste contestó:

“… ¡No estés fregando! No ves que estoy ocupado “chupando”, con mis cuates...

“…Además, eres re’ juerte…, “…tú, no puedes enfermarte, porque nunca te enfermas, y eres tan aguantadora que ni te cansas…, “…no tienes nada…, “…son figuraciones tuyas…”


“--- Se supo que Azucena, gritaba desesperadamente por el malestar que le aquejaba, pero Bulmaro, metido en el “chupe”; decía que le hacía al “teatro”, por lo tanto, ya no aguantó y…, no se supo más de ella.

CAPITULO IV


“--- ¿Haber, mi querido Guanson? Yo sospecho, sospechudamente, y mi sospecha por lo sospechado me hace sospechar, que el sospechoso y culpable de este crimen seguramente fue el Bulmaro. Además, sospechaba, que Azucena, “le ponía el cuerno” con Florindo, el jardinero; eso hace sospechar que había algo sospechoso.


“--- ¡Mi querido Guanson! Nada más terminamos nuestras pesquisas y denunciamos al Bulmaro por “Muerte inducida, ocasionada o forzada por despojo de comida; incitación a la muerte; homicidio; desaparición de “concubina” o haber que inventamos”. Tan pronto encontremos el cadáver de Azucena, le echamos el guante al Bulmaro, y lo refundimos en el “tambo”.


“--- Y, bien, del jardinero se sospecha de manera sospechosamente sospechada, que le dolió la desaparición de Azucena. Tanto extrañó su ausencia, que ya no se le ve por aquí. Se sospecha que sufría mucho y eso hace sospechar que fue el motivo por el que ya no llega por este rumbo. Pero hay una sospecha que me da otra versión. Sospechosamente sospecho, que lo más grave es y nos hace sospechar sospechadamente que a lo mejor, el Bulmaro, ultimó a los dos y los enterró en el jardín, “a ella con toda su ropa y a él, hasta con su herramienta”, porque no se encontró ni una ni otra cosa. ¿No te parece esto muy sospechoso, mi querido “GUANSON”.


“--- Lo que no sospecha el Bulmaro, es que estamos a punto de descubrir su coartada. El muy cínico, cuando nos ve investigando por ahí sobre el crimen, luego, luego se quiere discutir con las “cheves”, nos quiere sobornar. Eso lo hace más sospechoso y nos hace sospechar. ¿O, no? ¡Qué casualidad!. Se pone muy atento ¡Sabe perfectamente de su crimen y aunque ya hizo concha, pronto caerá! Palabra de JURCAN JOLMES. ¡Sea por la justicia!.


“--- Pero señor…, por qué, desde que desapareció Azucena, el Bulmaro, se vive de las cooperachas, dizque para misas, rosarios, veladoras; que pide dinero para algunos chamanes, brujos e investigadores privados y adivinos la encuentren. ¿Por qué no nos dio la misión de encontrar a Azucena?


“--- Mi querido Guanson, ¡No! Porque sospecha que sospechamos sospechosamente de él y que estamos a punto de descubrir su coartada. Ya que se sospecha que todo esto es una sospechosa farsa para deshacerse de Azucena y Florindo, el jardinero, pero ya caerá.


“--- ¡Así que, Bulmaro! Dentro de poco estarás tras las rejas purgando una condena por lo que le hiciste a Azucena y a Florindo o lo que sea…. ¡Ya verás!!!


NOTA.- “Ya le informaremos dónde quedaron Azucena, y Florindo, el jardinero. Si alguien sabe o tiene de ellos algún dato útil para el esclarecimiento de este episodio, se lo agradeceremos cordialmente.


“Por lo mientras, no deje de seguir disfrutando de las aventuras de ¡JURCAAAAN JOLMES, no HOLMES, y su inseparable asistente GUANSON, (no WATSON! Gracias.


Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
02/08/2019 Derechos de Autor Reservados.©
 

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