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… especialmente para papá... Lo único que falta es escribir el “fin”

ESPECIALMENTE PARA PAPÁ...

… EN LAS FOTOS DEL AUSENTE SER QUERIDO, DA LA SENSACIÓN DE MOVER LOS LABIOS PARA DECIR:
“AÚN ESTOY AQUÍ, NO ME HE IDO”

.
… LO ÚNICO QUE FALTA ES ESCRIBIR EL “FIN”

--- El día terminó. Entrada la noche me refugié en mi rincón preferido llevando consigo mis recuerdos y una Coca Cola, le di un sorbo, me acomodé en el sillón; apoyé los codos sobre el escritorio, incliné la cabeza, recargué la frente entre mis manos, cerré los ojos y me dejé llevar por los aquellos recuerdos que me trasladaron hasta el ayer, cuando apenas empezaba a desprenderse mi uso de razón,

--- ¡Ah, bella infancia! A partir de ahí, las etapas de mi vida se fueron sucediendo con frecuencia y claridad, proyectándose los acontecimientos de aquel entonces. Los recuerdos del pasado revivieron etapas, me invadió la nostalgia delatándome los suspiros por los momentos que dejaron huella y marcaron parte de mi vida, ahora, imposibles de remediar. Sonreí al rememorar experiencias y momentos gratos. Abrí los ojos, coincidentemente miré hacia el librero. Ahí, entre todo el desorden se asomaba una “cajita de madera”, me levanté y la tomé entre mis manos. Pareciera cualquier caja por lo sencilla, pero no, ésta, contiene toda una fortuna.

--- Al abrirla me imaginé al “avariento mirando con avidez lo que tiene entre sus manos abriendo desmesuradamente los ojos y emitiendo una risilla malévola ante el tesoro contenido en esa sencilla cajita de madera”. Al momento de recontar su contenido, deduje que valió la pena haber amasado tan inmensa fortuna sin mediar tiempo. Valorar lo ahí existente rebasaría la fantasía en sí, pero la realidad es que esa “cajita de madera”, está repleta, “no, de dinero ni billetes, sino de cartas, fotografías, documentos, escritos y chucherías”, todo de un valor incalculable y con historia.

--- Desde que tomé el primer legajo, sin valor para otros, para mí mucho, al mirar su contenido, mi mente se trasladó y se enfocó a lo más maravilloso que solamente el ser humano puede experimentar: “recuerdos”. A partir de ese momento se proyectaron imágenes de un (cuándo-dónde-cómo-sucedió-aquello), por tratarse de Actas de Nacimiento, Matrimonio, Defunción y otros documentos.

--- Como por arte de magia fueron aparecieron recuerdos de mis hijos y nietos. Fotos, donde el tiempo y lugar se estancaron para dar testimonio a un después. Escritos con ese “algo maravilloso”, que solamente los padres podemos interpretar; no era necesario ser criptólogo para descifrar en algunos rasgos el mensaje de amor y alegría plasmados con tal pureza, inocencia y emoción, sus ilustraciones, letras, ornamentados con borrones o salidos de su margen los hacía resaltar como para que cualquier erudito en arte debatiera, por su significado, expresión y mensaje, porque ahí resaltaba, aunque lo repitiera mil veces: pureza, inocencia, inquietud y amor. Ya me imagino preguntándole al pequeño(a): ¿Qué estás haciendo (“Nnnnnn”)?, “un dibujo para papá”. Verdaderos tesoros. A más de dedicaciones, dibujos asimétricos, cual obra de arte que el mismo Picasso, envidiaría.

--- Las “cartas”, ¡Qué delicia! Textos que hicieron honor a la verdad y a la realidad entre otras cosillas, por ser testimonios de una infancia libre y sana, expresado por un pensamiento limpio, puro e inocente, aquí, si había “libre expresión. Puede decirse que son testimonios hasta donde por su edad pude retenerlos a mi lado, no viene al caso recordar el “después”.

--- Conforme iba mirando lo que tenía entre mis manos, disfrutaba lo que el tiempo dejó, no se lo llevó. Bendito tiempo al permitirme saborear los recuerdos, que a la par de las fotografías, hojas ilustradas hicieron más vívido el momento.

--- Tuve la sensación de tener a toda la prole frente a mí, con la sensación de poder tocarlos. Reí, medité y mentiría si dijera que no lloré, porque se me escapó una que otra lágrima, lo confieso. Difícil describir la emoción al disfrutar esas etapas del pasado. Primero niños, ahora adultos y aunque parezca increíble, la chispa de una niñez, pletórica de inocencia. Presiento que aún perduran.


--- Amén a esto, añoré la ausencia de quienes ya no están entre nosotros. Murmuré quedamente una oración. En alguna fotos, el ausente ser querido daba la sensación de mover los labios para decir “aún estoy aquí, no me he ido”.

--- ¡Curioso! Otro legajo contenía, a más de fotos, reliquias de quienes no volví a saber mas de ellos. Fotografías semiborradas por la humedad dieron a entender que tal vez se fueron para siempre. Su existencia queda en duda.

--- Todo esto deriva de que hace algunas horas, rebasé “un año más de vida”, y agradezco al Creador. Lo grandioso es, que en este lapso de soledad y quietud, en éste, “mi rincón preferido”, logré cuantificar el valor de la fortuna que poseo y guardo en aquella sencilla y maltratada “cajita de madera”; cual si fuera un “arcón de oro con incrustaciones de piedras preciosas como la de los cuentos”. Cada recuerdo y vuelta a la realidad me hicieron comprender cuán rico soy.

--- Gracias Dios. La vida me ha dado una familia maravillosa, equivalente a la gran fortuna que me hace inmensamente rico. Lo más importante es, que mi riqueza se multiplica al saber que hijos, nietos, bisnietos, sobrinos, por otra parte, ahijados, hermanos, amigos, conocidos, vecinos, están bien. Para todos tengo una ración de amor y respeto.

--- ¡Increíble! Me ha sido posible revivir aquello que guarda una sencilla “cajita de madera”, que valorada en riqueza se traduce a “felicidad, por la esencia de amor en los recuerdos”.

--- ¡Qué más puedo pedirle a la vida! Me has dado la mayor riqueza que se pueda anhelar.

--- Ignoro el tiempo que permanecí en éste, “mi rincón preferido”, solo, meditando y entregado a los recuerdos, disfrutando las satisfacciones del pasado a la par del presente y esperando pacientemente el futuro, con un año más de vida. No quisiera mencionar a Nervo, pero feliz diría: “Vida nada me debes, vida estamos en paz….” Sin embargo….:

--- …¿Qué se puede desear, cuando el libro de una vida está escrito y lo único que falta es escribir el “FIN”?

Autor: Rafael Calderón Negrete. (Puebla, México)
Seudónimo: Jurcan Uriarte Pontleca.
14/06/2019 Derechos de Autor Reservados.©
 
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