Pruden Tercero Nieto
Miembro Activo
Sonrisas de piano
donde aletean abrazos de ángeles....
Sendero
que abre nuevamente sus brazos
a los pasos del Sembrador de caminos...
Heridas y ayes de violín en nuestros ojos de niño
que Tú quiebras, Tú...
Voz alma,
Voz cielo...
con que pronuncias nuevamente
su nombre, su nombre, su nombre, el de mi Mariita y el mío...;
con que Te alzas
sobre nuestras mastodónticas pero hieráticas moles
sobre las debilidades de un ser humano
acostumbrado a esconderse,
a caer ante las mínimas dificultades
y que hoy vuelve a encontrarse
ante Tu túnica blanca, sandalias, brazos y sonrisa
que hienden heridas de nuestros ojos de niños, aayayyaya…
Voz alma,
voz cielo...
con que nos animas una vez más a acompañarTe
sin más bienes que el entusiasmo
sin más alforjas
que la confianza en Tu amor y en el nuestro
sin más palabras
que las que olvidan sus diferencias
y cual niños
aprenden nuevamente a jugar,
a entusiasmarse locuelos tras las cometas de sus ilusiones,
a amarse con ansia, siempre con ansia...
sin más milagro
que el de cogernos de la mano
que el de llevar el sendero a cuestas
y que, al olvidar por siempre nuestros yoyoísmos,
quiebre las barreras
entre nuestro latido y el de los demás...
De Pruden Tercero Nieto, septiembre de 2013