Chelo Álvarez
Miembro Conocido
Quien al ángulo oscuro, arrinconada,
observó sin reserva ni medida
la lira que de amores encendida
cantaba a los luceros de su amada.
Ojos verdes soñaba a la alborada
o azules como el agua suspendida.
La oscura golondrina ya no anida,
sintióse por su ausencia alborotada.
¡Oh, dilecto poeta!, canta el viento
las rimas y leyendas de tu amor.
No fue reconocido en su momento
del insigne poeta el esplendor,
que se escuchen hasta en el firmamento
los versos del volcán junto a la flor.
Chelo Álvarez.