Bernardo Vázquez Rodrígue
Nuevo Miembro
A LUDWIG VAN BEETHOVEN
Hirsuta melena y amplia frente
fueron los protectores de tu mente
que fue de tan bella música fuente.
Profunda y penetrante tu mirada
no dejaba escapar de las cosas nada
pues siempre les buscabas musical tonada.
Tu mandíbula enérgica y fuerte
revelaba los tormentos que en suerte
te tocaron vivir hasta tu muerte.
Tu rostro grave y severo
reflejaba el singular esmero
con que componías, evitando lo somero.
Todas aquellas hermosas sinfonías
que tan efusivamente componías
por tu enfermedad apenas oías.
Todas tus excelsas variaciones
han ganado merecidas ovaciones
en infinidad de ocasiones.
Ágiles y frescos son tus minuetos,
sublimes son todos tus cuartetos
y exquisitos suenan tus quintetos.
La perfecta armonía de tus tocatas
y la bella música de tus sonatas
brotaron de tus francas fuentes innatas.
Escuchando tu solemne obertura
mi alma vive una aventura
donde encuentra solaz y cordura.
De tu padre recibiste repudios,
mas la sensibilidad de tus preludios
exhibe la calidad de tus estudios.
Paladeando mis mejores vinos
escucho la calidad de tus rondinos
y la belleza de tus septiminos.
La magnificencia de tus conciertos
nos muestra que tenias poderes ciertos
sobre la música, pues no tienen desaciertos.
Con la majestuosidad de tus serenatas
y el virtuosismo de tus cantatas
los cánones antiguos desbaratas.
La solemnidad de tus misas
muestra las sólidas premisas
de tu música : elocuentes y sin prisas.
Agitada y dura fue tu vida,
mas la formidable obra producida
por ti, será hoy y siempre querida.
Bernardo Vázquez Rodríguez. Autor mexicano.
Derechos reservados de autor.
Hirsuta melena y amplia frente
fueron los protectores de tu mente
que fue de tan bella música fuente.
Profunda y penetrante tu mirada
no dejaba escapar de las cosas nada
pues siempre les buscabas musical tonada.
Tu mandíbula enérgica y fuerte
revelaba los tormentos que en suerte
te tocaron vivir hasta tu muerte.
Tu rostro grave y severo
reflejaba el singular esmero
con que componías, evitando lo somero.
Todas aquellas hermosas sinfonías
que tan efusivamente componías
por tu enfermedad apenas oías.
Todas tus excelsas variaciones
han ganado merecidas ovaciones
en infinidad de ocasiones.
Ágiles y frescos son tus minuetos,
sublimes son todos tus cuartetos
y exquisitos suenan tus quintetos.
La perfecta armonía de tus tocatas
y la bella música de tus sonatas
brotaron de tus francas fuentes innatas.
Escuchando tu solemne obertura
mi alma vive una aventura
donde encuentra solaz y cordura.
De tu padre recibiste repudios,
mas la sensibilidad de tus preludios
exhibe la calidad de tus estudios.
Paladeando mis mejores vinos
escucho la calidad de tus rondinos
y la belleza de tus septiminos.
La magnificencia de tus conciertos
nos muestra que tenias poderes ciertos
sobre la música, pues no tienen desaciertos.
Con la majestuosidad de tus serenatas
y el virtuosismo de tus cantatas
los cánones antiguos desbaratas.
La solemnidad de tus misas
muestra las sólidas premisas
de tu música : elocuentes y sin prisas.
Agitada y dura fue tu vida,
mas la formidable obra producida
por ti, será hoy y siempre querida.
Bernardo Vázquez Rodríguez. Autor mexicano.
Derechos reservados de autor.
