Jorge Toro
Miembro Conocido
Cuando vuelvo atrás la vista
para inspeccionar mi vida,
estupefacto y confuso
a mi interior le pregunto:
¿Cuándo mi mundo viró,
cuándo tanto sucedió?
Y la crecida experiencia
-que con trajín adquiriera-
me indica sin miramiento
que ya pasó mi momento
y a la vuelta de la esquina
se vislumbra mi partida.
Cuando examino mi hoy
no entiendo que aconteció,
los años prontos pasaron,
muchos tal vez malgastados
imaginando castillos,
-como un inocente niño-
y sueños color azul
que nunca alcanzaron luz.
Recuerdos, cargo a montón,
-en película sin guion-
de muchas luchas estériles
que no lograron laureles,
amores varios truncados,
caminos miles errados,
muy repetidos intentos
con diminutos aciertos;
y demasiados ensayos
con pírricos resultados.
Inmensas luchas calladas
casi siempre malogradas,
carencias de muchos días
a todos desconocidas;
y contundentes fracasos
a ajenos ojos vedados,
porque nunca dije nada
-así por dentro llorara-
y solo mostré sonrisas,
graciosas pero postizas.
A la hora de hacer balance,
antes de que sea tarde,
miro con genuino enojo
columnas en franco rojo,
-mejor diría desiertas-
por ser de aquellas vivencias
que nunca se consumieron
y quedaron como sueños
que apenas fueron anhelos,
truncados por los tropiezos
que surgen en el sendero
y abaten nuestros empeños.
Me quedan otras en negro
que dejan gratos recuerdos,
acciones que enriquecieron
y grandes gozos trajeron,
que pese a ser del pasado
se cargan con franco agrado
y se recuerdan a diario
como boyante inventario.
Vale la pena no dudo
este cruzar por el mundo,
así viviera tristezas,
sintiera en la piel tragedias,
me revolviera en el llanto
cuando me vi devastado,
tuviera acerbas jornadas,
quedara un día sin nada,
viviera amargos tormentos,
disimiles desconsuelos
y quiebres del corazón
en tiempos de desazón.
Pero los bellos instantes
intensos e inolvidables,
tornaron mi correría
en aventura magnífica,
pletórica de lecciones
e innúmeras reflexiones,
de muy gloriosas sorpresas
que, superando las penas,
alientan hoy mi existir
e igual me harán resistir
hasta el postrimero instante
en que mi historia se apague.
para inspeccionar mi vida,
estupefacto y confuso
a mi interior le pregunto:
¿Cuándo mi mundo viró,
cuándo tanto sucedió?
Y la crecida experiencia
-que con trajín adquiriera-
me indica sin miramiento
que ya pasó mi momento
y a la vuelta de la esquina
se vislumbra mi partida.
Cuando examino mi hoy
no entiendo que aconteció,
los años prontos pasaron,
muchos tal vez malgastados
imaginando castillos,
-como un inocente niño-
y sueños color azul
que nunca alcanzaron luz.
Recuerdos, cargo a montón,
-en película sin guion-
de muchas luchas estériles
que no lograron laureles,
amores varios truncados,
caminos miles errados,
muy repetidos intentos
con diminutos aciertos;
y demasiados ensayos
con pírricos resultados.
Inmensas luchas calladas
casi siempre malogradas,
carencias de muchos días
a todos desconocidas;
y contundentes fracasos
a ajenos ojos vedados,
porque nunca dije nada
-así por dentro llorara-
y solo mostré sonrisas,
graciosas pero postizas.
A la hora de hacer balance,
antes de que sea tarde,
miro con genuino enojo
columnas en franco rojo,
-mejor diría desiertas-
por ser de aquellas vivencias
que nunca se consumieron
y quedaron como sueños
que apenas fueron anhelos,
truncados por los tropiezos
que surgen en el sendero
y abaten nuestros empeños.
Me quedan otras en negro
que dejan gratos recuerdos,
acciones que enriquecieron
y grandes gozos trajeron,
que pese a ser del pasado
se cargan con franco agrado
y se recuerdan a diario
como boyante inventario.
Vale la pena no dudo
este cruzar por el mundo,
así viviera tristezas,
sintiera en la piel tragedias,
me revolviera en el llanto
cuando me vi devastado,
tuviera acerbas jornadas,
quedara un día sin nada,
viviera amargos tormentos,
disimiles desconsuelos
y quiebres del corazón
en tiempos de desazón.
Pero los bellos instantes
intensos e inolvidables,
tornaron mi correría
en aventura magnífica,
pletórica de lecciones
e innúmeras reflexiones,
de muy gloriosas sorpresas
que, superando las penas,
alientan hoy mi existir
e igual me harán resistir
hasta el postrimero instante
en que mi historia se apague.
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