Hadespoeta
Nuevo Miembro
Ha un marrano procaz
Un día, estando un tanto en sí dormido,
Un día, estando un tanto en sí dormido,
y por extrañas cosas de costumbre
buscando una vela que me alumbre
fui ha la vieja granja amanecido;
pero qué vainas pude ver y oír:
un gruñir de confusas disonancias
pillado en verborrea de flagrancias
al ser cuadrúpedo escuché decir:
"Soy de la granja el animal más puro,
elocuente es mi asmático gruñido
que empieza con un verso muy lucido,
de una sebosa condición figuro.
No cerraré mi bello y gran hocico,
tirarán muchas flores a mis flores.
Y tú, necia emplumada, no me llores,
así es que borroneo si fornico".
¡Semejante alimaña más sebácea!,
esgrimiendo de puro calentón;
si apenas puede hablar el fanfarrón;
no tiene el animal masa grisácea.
"Ja", de tanto reír voy ha orinar,
pero quiero obsequiarte en conclusión
tres verdades directo al corazón
para enseñarte un poco sin hilar:
"Dime de qué te ufanas, Arlequín,
si eres pequeña cosa de la casa,
que si te caes, tonto, nada pasa,
ni se te desordena el peluquín.
De tu boca impurita de marrano,
perdón, porque el marrano no es de boca,
y un hocico de trompa es que te toca
y que te diferencia del humano;
gruñes como una puerca en un chiquero
que confunde una iguana destentada
con la luna que duerme en la explanada.
¡De tu miopía ríe el gallinero!
Yo quisiera poder como entenderte,
llegar ha lo que tienes por caleta,
verdulero de puerca cantaleta,
reputación te dan para joderte.
Damnificado estás contigo mismo,
despiertas mis profundas compasiones,
te jactas todas tus deposiciones,
pueril especie rara de enanismo.
Como acémila corres por potreros.
Además de tu frívola emisión,
tocando asuntos de fecundación
eres ciego de sexo y patrañero.
Corroes en cloacas deleznables
y en la selva creada ha tu medida.
Tú gruñes con bazofia fratricida
esputando con signos miserables.
Anatema bufón sin sensatez,
de oleaje casposo en tu garganta;
si no aprendes la letra vil te mata,
¡si vieras que patético te vez!
No me den este tema por cerrado,
pueden interpretar como convenga.
Más vale que si sabe, no se abstenga,
puede pasarle ha él y al abogado.
Solo queda una duda y nada más,
si desde el sitio donde tú pernotas
testigo de fulgidas y derrotas,
eres cebón o gallo, y ha que vas.
Creo que me he pasado de elocuencia,
seguro chillarán del caserío,
y al tocino, los fieles del malcrío,
hoy honrarán su insípida existencia.
Última edición: