Víctor
Moderador de Poesía Jocosa
Un hombre y una mujer,
después de un choque de frente,
con sus autos, al correr,
platicaban muy conscientes
sin un rasguño en su ser.
Y ella decía, al parecer,
ante el fatal accidente:
“Debemos de agradecer
a Dios que quedamos vivos”
e inmediatamente vio
entre fierros retorcidos,
una botella de ron
y agregó: “Un milagro ha sido,
ya que intacta se quedó
y Dios quiere que brindemos
para celebrar mejor,
por la suerte que tenemos”.
Y se la entregó al señor,
quien la destapo ipsofacto
y un gran trago se tomó.
Cuando el pomo devolvió
a la mujer, en el acto,
le dijo como debía:
“Ahora le toca a usted
brindar con sana alegría".
Y le dijo la mujer:
“Yo mejor esperaré
que llegue la policía”.
después de un choque de frente,
con sus autos, al correr,
platicaban muy conscientes
sin un rasguño en su ser.
Y ella decía, al parecer,
ante el fatal accidente:
“Debemos de agradecer
a Dios que quedamos vivos”
e inmediatamente vio
entre fierros retorcidos,
una botella de ron
y agregó: “Un milagro ha sido,
ya que intacta se quedó
y Dios quiere que brindemos
para celebrar mejor,
por la suerte que tenemos”.
Y se la entregó al señor,
quien la destapo ipsofacto
y un gran trago se tomó.
Cuando el pomo devolvió
a la mujer, en el acto,
le dijo como debía:
“Ahora le toca a usted
brindar con sana alegría".
Y le dijo la mujer:
“Yo mejor esperaré
que llegue la policía”.
Última edición: