JAVIER TOMAS
Sub Administrador
El aire pesaba tanto...
cargado de gemidos y jadeos
de peticiones y ruegos.
Nuestras gargantas ronroneaban
mendicantes de placer.
El sudor de nuestros cuerpos
empapaba las sabanas
que nos envolvían
como una liana silvestre.
Tus uñas se clavaban
en mi espalda
mientras mis labios
buscaban los secretos
que esconden tus rincones.
Pesaba tanto el aire...
de olores a deseo,
de palabras en silencios,
de manos inquietas
que buscan sin encontrar
y encuentran sin buscar.
Carne contra carne
sin tregua ni descanso.
Busqué el placer
y en ti, encontré su diosa.
cargado de gemidos y jadeos
de peticiones y ruegos.
Nuestras gargantas ronroneaban
mendicantes de placer.
El sudor de nuestros cuerpos
empapaba las sabanas
que nos envolvían
como una liana silvestre.
Tus uñas se clavaban
en mi espalda
mientras mis labios
buscaban los secretos
que esconden tus rincones.
Pesaba tanto el aire...
de olores a deseo,
de palabras en silencios,
de manos inquietas
que buscan sin encontrar
y encuentran sin buscar.
Carne contra carne
sin tregua ni descanso.
Busqué el placer
y en ti, encontré su diosa.