JAVIER TOMAS
Sub Administrador
Aires con sabor a pétalos
sabor a dulzura,
temperatura de primavera
meciendo suave
los campos sembrados,
cabellos sueltos
que juguetean infantiles.
Aires que huelen a humedad
en medio de eriales,
campos sedientos,
ganado enjuto,
rogativo campesino
que vuelve a ver llena
su agotada despensa.
Aires que traen recuerdos,
olor a pan recién cocido,
asado con tomillo,
al jabón de la abuela,
a tierra mojada,
a jara caliente
y a la hierba segada.
Aires que contonean cometas,
revuelven hojas secas,
remontan al ave,
desplazan el polen,
alejan la pluma,
acercan la arena
creando la duna.
Aires de mi niñez,
de pantalón corto,
mochila de rancio cuero,
libros de tres manos,
coderas de prieto cosido,
zapatos de dos hormas,
plumier de mates colores.
Aires que traen perfume
a la piel ansiada,
al lugar del encuentro
que solo fue nuestro,
un momento deseado,
un recuerdo eterno.
Un placer interno.
Aires que impulsan al indeciso,
templan al valiente,
tranquilizan al cobarde,
calientan al anciano,
secan el sudor del niño,
termina el invierno
y alivia el estío.
Aires de libertad,
de amor y paz
ilusiones de futuro,
esperanza de añoranza,
salud recobrada,
penas perdidas
y amores reencontrados.
Aires que traen.
Aires que llevan
a quien va, le viene,
a quien viene
le frena.
Unas acompaña,
otras desespera.
Todo lo trae
todo lo lleva.
Ondeo mi pañuelo
al decir adiós
seca mis lágrimas
y llévala mis palabras.
Aire, tú que vuelas.
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