Chelo Álvarez
Miembro Conocido
Emergen por las faldas de la sierra
las aguas del mi río, que en cascada
descuelgan su bravura cristalina.
Yo siento cómo vibran mis palabras,
se mueven, corretean al compás
de su cauce teñido de oro y plata,
caminan a su lado mil colores,
reflejos del gran sol de la montaña.
Ajenos, muchos peces se adormecen
por el día, la tarde o la mañana,
pasean libremente por el río,
que exhibe sus espumas por las ramblas
y recoge a los niños embarrados
que en la orilla bañándose se lavan.
Me gusta disfrutar de su fiereza
cuando choca en la férrea muralla.
Por regar los sembrados, los trigales,
porque jamás descansa de su marcha,
le doy gracias a Dios por su hermosura,
pues encumbra de paz a nuestras almas.
Chelo Álvarez