Francisco Escobar Bravo
Miembro Conocido
Amaneció radiante el nuevo día.
Sí, con frío. Mas luce alegre el Sol,
Todos marchan con rumbo a sus labores,
que a saber cuáles son.
Y marcha el autobús por estas calles
que un día un arquitecto diseñó-
Seguirán en su sitio, estoy seguro,
cuando me marche yo.
Me aflige sopesar tales ideas,
pero es realidad y es Ley de Dios.
Otros hombres vendrán que las transiten,
todos a su labor.
Y pasarán los siglos, lentamente,.
su ritmo es implacable y aun veloz
para todos. Sufrimos su desgaste
hasta que se acabó.
Es la vida del hombre, a quien le llaman
la joya más preciada del Señor.
Serán joyas sin par, mas siempre esclavos
pendientes de un reloj.
Su tic - tac les recuerda que sus vidas
son cadenas y el último eslabón
de repente se rompe, cuando es débil.
¡No hay más, apaga y vámonos!
Sí, con frío. Mas luce alegre el Sol,
Todos marchan con rumbo a sus labores,
que a saber cuáles son.
Y marcha el autobús por estas calles
que un día un arquitecto diseñó-
Seguirán en su sitio, estoy seguro,
cuando me marche yo.
Me aflige sopesar tales ideas,
pero es realidad y es Ley de Dios.
Otros hombres vendrán que las transiten,
todos a su labor.
Y pasarán los siglos, lentamente,.
su ritmo es implacable y aun veloz
para todos. Sufrimos su desgaste
hasta que se acabó.
Es la vida del hombre, a quien le llaman
la joya más preciada del Señor.
Serán joyas sin par, mas siempre esclavos
pendientes de un reloj.
Su tic - tac les recuerda que sus vidas
son cadenas y el último eslabón
de repente se rompe, cuando es débil.
¡No hay más, apaga y vámonos!
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