Jorge Toro
Miembro Conocido
En función medio repleta
de bullicio y festival;
entre tanta gente inquieta
nuestro encuentro fue casual.
Con tan solo una mirada
cada cual se cautivó;
nuestro amor surgió por nada
simplemente sucedió...
Al cruzarse nuestros ojos
el ardor saltó al instante,
y carentes de sonrojos
dimos pasos adelante.
La atracción sirvió de puente
y empezó amoroso juego,
nuestras sangres en torrente,
y ambos cuerpos hechos fuego.
Atrevidas con apuro
se buscaron nuestras bocas,
y con un deseo puro
se besaron como pocas.
Sin los ojos apartar
nos tomamos de la mano
y partimos del lugar
hacia algún rincón lejano….
2.
Los vecinos manifiestan
que jamás nos vieron más,
aunque con encono inventan
que lo nuestro fue fugaz…
Sin deseos de ufanarme,
fuimos a un edén oculto
ella fue para adorarme,
yo para rendirle culto.
Es un sin igual santuario,
alejado de la gente,
a la orilla de un estuario
con un atolón en frente.
Uno al otro nos tenemos,
nos importa el resto nada,
porque en nuestros ojos vemos
una ardiente llamarada…
3.
Si causara cierta envidia
este epílogo bonito,
te confieso me fastidia
sea invento lo descrito…
de bullicio y festival;
entre tanta gente inquieta
nuestro encuentro fue casual.
Con tan solo una mirada
cada cual se cautivó;
nuestro amor surgió por nada
simplemente sucedió...
Al cruzarse nuestros ojos
el ardor saltó al instante,
y carentes de sonrojos
dimos pasos adelante.
La atracción sirvió de puente
y empezó amoroso juego,
nuestras sangres en torrente,
y ambos cuerpos hechos fuego.
Atrevidas con apuro
se buscaron nuestras bocas,
y con un deseo puro
se besaron como pocas.
Sin los ojos apartar
nos tomamos de la mano
y partimos del lugar
hacia algún rincón lejano….
2.
Los vecinos manifiestan
que jamás nos vieron más,
aunque con encono inventan
que lo nuestro fue fugaz…
Sin deseos de ufanarme,
fuimos a un edén oculto
ella fue para adorarme,
yo para rendirle culto.
Es un sin igual santuario,
alejado de la gente,
a la orilla de un estuario
con un atolón en frente.
Uno al otro nos tenemos,
nos importa el resto nada,
porque en nuestros ojos vemos
una ardiente llamarada…
3.
Si causara cierta envidia
este epílogo bonito,
te confieso me fastidia
sea invento lo descrito…
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