DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
Amor en una copa
Recuerdo que el primer beso comenzó en el tope, allí donde se bebe el primer sorbo. No sé si deslizarnos fue buena idea; pero el rechinar del borde de la fina copa, se me confundió con un gemido de placer...Uno de esos que solo encienden dos pares de labios al unísono.
La caída hasta el fondo del cáliz pareciera un siglo en tiempo.
Mientras disfrutábamos del cóncavo barranco, las ropas que quedaban volaron no sé adónde; pero si sentí tu vientre contra el mío, las piernas amacigadas y los ojos ciegos tejían el sentimiento del interminable beso.
Llegamos al fondo, allá donde el Grial renuncia a la santidad y mezclados en una sola pieza, logramos empañar los cristales de aquella celestial copa con nuestros supinos alientos y las mejores ternuras
DR José Roberto Hernández (Vampi)
Recuerdo que el primer beso comenzó en el tope, allí donde se bebe el primer sorbo. No sé si deslizarnos fue buena idea; pero el rechinar del borde de la fina copa, se me confundió con un gemido de placer...Uno de esos que solo encienden dos pares de labios al unísono.
La caída hasta el fondo del cáliz pareciera un siglo en tiempo.
Mientras disfrutábamos del cóncavo barranco, las ropas que quedaban volaron no sé adónde; pero si sentí tu vientre contra el mío, las piernas amacigadas y los ojos ciegos tejían el sentimiento del interminable beso.
Llegamos al fondo, allá donde el Grial renuncia a la santidad y mezclados en una sola pieza, logramos empañar los cristales de aquella celestial copa con nuestros supinos alientos y las mejores ternuras
DR José Roberto Hernández (Vampi)