• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

Amor Eterno

- No te asustes, soy yo - dijo él con voz suave.
- ¡No entiendo! ¿Qué haces acá? - dijo ella confundida.
- Solo me he escapado un rato… a veces me dan permiso…
- Pero ¿cómo? - dijo ella sorprendida.
- Solo pido permiso - dijo él con un tono de voz natural.
- Decime que estoy soñando… - dijo ella un vos que denotaba nerviosidad
- No… no estás soñando, querida - dijo él con una sonrisa.
- Tanto tiempo sin verte… - la voz de la mujer sonaba melancólica.
- Lo sé, perdón por no haber venido antes… - dijo él mostrándose culpable.
-¿Cómo la estás pasando? - dijo ella, preocupada.
- No me puedo quejar - dijo él, con un aire de suficiencia en su voz - ¿Y tú?
- Hace mucho que dejé de llorar.
- Te entiendo, es lógico me ausenté mucho tiempo - dijo él con un tono de voz comprensivo.
- ¿Te preparo un café, como te gusta?
- No te molestes, tomé algo antes de salir.
- ¡No puedo creer, mi amor, que estés aquí! - dijo ella y rompió en llanto.
Él la abrazo, ella sintió una muy leve presión en su cuerpo… algo tan pero tan suave…
- No llores, estamos juntos - le dijo él.
- Es que te extrañé tanto…
- Yo también, querida - contestó él
Pasó toda la noche y se quedaron conversando, recordando viejos momentos…
- Bueno, ya tengo que partir…
- ¡No te vayas! - dijo ella con tristeza.
- Volveré pronto pero ahora he de estar allí, tengo que cumplir con el horario - dijo él apenado
- Dime solo una cosa, allí… desde el cielo… ¿puedes verme?
- Desde luego, y aunque tú no te des cuenta te estoy cuidando… - dijo él y se marchó…


 
- No te asustes, soy yo - dijo él con voz suave.
- ¡No entiendo! ¿Qué haces acá? - dijo ella confundida.
- Solo me he escapado un rato… a veces me dan permiso…
- Pero ¿cómo? - dijo ella sorprendida.
- Solo pido permiso - dijo él con un tono de voz natural.
- Decime que estoy soñando… - dijo ella un vos que denotaba nerviosidad
- No… no estás soñando, querida - dijo él con una sonrisa.
- Tanto tiempo sin verte… - la voz de la mujer sonaba melancólica.
- Lo sé, perdón por no haber venido antes… - dijo él mostrándose culpable.
-¿Cómo la estás pasando? - dijo ella, preocupada.
- No me puedo quejar - dijo él, con un aire de suficiencia en su voz - ¿Y tú?
- Hace mucho que dejé de llorar.
- Te entiendo, es lógico me ausenté mucho tiempo - dijo él con un tono de voz comprensivo.
- ¿Te preparo un café, como te gusta?
- No te molestes, tomé algo antes de salir.
- ¡No puedo creer, mi amor, que estés aquí! - dijo ella y rompió en llanto.
Él la abrazo, ella sintió una muy leve presión en su cuerpo… algo tan pero tan suave…
- No llores, estamos juntos - le dijo él.
- Es que te extrañé tanto…
- Yo también, querida - contestó él
Pasó toda la noche y se quedaron conversando, recordando viejos momentos…
- Bueno, ya tengo que partir…
- ¡No te vayas! - dijo ella con tristeza.
- Volveré pronto pero ahora he de estar allí, tengo que cumplir con el horario - dijo él apenado
- Dime solo una cosa, allí… desde el cielo… ¿puedes verme?
- Desde luego, y aunque tú no te des cuenta te estoy cuidando… - dijo él y se marchó…



Bella y estremecedora historia
un amor que va mas allá de la frontera
de la muerte.
Un gusto pasar por tus letras.
Un fuerte abrazo.
 
Fascinante historia, me gustó desde principio a fin, podrías hacer un guión con ella, una corta obra de teatro, estrellas para ti amigo Poeta. Un beso Gerardo.
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba