Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Hoy un vuelo de canto
se levanta en el monte,
hay un sol que derrama,
salido del horizonte.
Hay una flora que sube
por acantilados de agua,
una doncella de prisa,
va mostrando sus enaguas.
Lleva senos descarados
un pañuelo en su garganta
su temblor queda enredado,
como pájaro que canta.
A cada flor cada rama
tocan sus manos aladas,
su pecho sigue la norma,
porque sabe que es amada.
Por los rojos cardenales
hay una oración cantada,
y por un bello sendero,
se encontrará con su amado.
Donde sus pechos estaban
llenos de leche blanca,
y la entrega con amor,
aquel niño que lloraba.
Y a allí llega el mocetón
con sus venas en llamas,
rugiendo su gran corazón,
y con amor en las entrañas.
Dos cuerpos así se abrazan
con amor y con delirio,
y entre medio de los dos,
balbucea un bello niño.
se levanta en el monte,
hay un sol que derrama,
salido del horizonte.
Hay una flora que sube
por acantilados de agua,
una doncella de prisa,
va mostrando sus enaguas.
Lleva senos descarados
un pañuelo en su garganta
su temblor queda enredado,
como pájaro que canta.
A cada flor cada rama
tocan sus manos aladas,
su pecho sigue la norma,
porque sabe que es amada.
Por los rojos cardenales
hay una oración cantada,
y por un bello sendero,
se encontrará con su amado.
Donde sus pechos estaban
llenos de leche blanca,
y la entrega con amor,
aquel niño que lloraba.
Y a allí llega el mocetón
con sus venas en llamas,
rugiendo su gran corazón,
y con amor en las entrañas.
Dos cuerpos así se abrazan
con amor y con delirio,
y entre medio de los dos,
balbucea un bello niño.