Cada vez que te veo me sabe a poco
como al oso la miel en pleno verano
te concedo el cielo y pronto revoco
al sentir tu piel y luego perder tu mano.
Me queda seca la boca por lo que no dije
mis ojos rígidos de tanto mirarte
los dedos temblando de tanto buscarte
y deseando, aquello que ante Dios bendije.
Cada vez que te veo me sabe a poco;
paseas por mi calle y yo me embeleso
imagino, llegue ese momento, de amor tan loco
tu entre mis brazos y yo te beso.
Mis ojos quedan tristes viendo alejarte
mi nariz alta, y captando aromas
el semblante serio y no entre bromas
y así espero otro día; para esperarte
que cada vez que te veo me sabe a poco
y la felicidad en tristeza así yo troco.
Última edición: