Caballero de los Geranios
MODERADOR DE ORTOGRAFÍA Y SEMÁNTICA
CINCELA MIS PUPILAS
Tus dedos avizoran mi verbo divertido
aprietan a mis blancos geranios con constancia
y palpan en mi vena ardiente a tu latido,
existe en su capullo inmerso la prestancia,
me atraes con tu estigma y nublas mi sentido,
exhalas en tu ingenio selecto de elegancia,
sacude mi cimiento y asciende sensitiva
la fiebre de tu tallo, ¡me ciega y me cautiva!
Tu fuente de leyendas me llena en fantasías,
mis páginas en blanco perfilan tu sendero,
me inundo con tu pócima e irrumpe en pleitesías
de eternas esperanzas y alerta a mi brasero
en donde patentizas tu filtro de elegías,
me brindas extasiada tu néctar abejero
indulta mi afonía y enérgico me pide
encienda basto incienso, lo extinga y no te olvide…
Observo en mi parcela la rosa que sembraste
existe entreabierta con pétalos erguidos,
con gemas de miradas fulgentes la flechaste
y siguen sus perfumes en vela tus cumplidos,
absorbo en regadera rocío que dejaste
en pródiga sonrisa impresa en mis oídos,
rojiza en primavera que nace de tu aurora.
¡Cincela mis pupilas! Tu ensueño, y se atesora…
Tus dedos avizoran mi verbo divertido
aprietan a mis blancos geranios con constancia
y palpan en mi vena ardiente a tu latido,
existe en su capullo inmerso la prestancia,
me atraes con tu estigma y nublas mi sentido,
exhalas en tu ingenio selecto de elegancia,
sacude mi cimiento y asciende sensitiva
la fiebre de tu tallo, ¡me ciega y me cautiva!
Tu fuente de leyendas me llena en fantasías,
mis páginas en blanco perfilan tu sendero,
me inundo con tu pócima e irrumpe en pleitesías
de eternas esperanzas y alerta a mi brasero
en donde patentizas tu filtro de elegías,
me brindas extasiada tu néctar abejero
indulta mi afonía y enérgico me pide
encienda basto incienso, lo extinga y no te olvide…
Observo en mi parcela la rosa que sembraste
existe entreabierta con pétalos erguidos,
con gemas de miradas fulgentes la flechaste
y siguen sus perfumes en vela tus cumplidos,
absorbo en regadera rocío que dejaste
en pródiga sonrisa impresa en mis oídos,
rojiza en primavera que nace de tu aurora.
¡Cincela mis pupilas! Tu ensueño, y se atesora…
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