Juan Carlos Heras Espada
Miembro Conocido
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Fotografía: Juan Carlos Heras Espada
Juan Carlos Heras Espada
Fotografía: Juan Carlos Heras Espada
COBIJO DE UN SENTIMIENTO
Iluminaba el gran sol en las alturas en un día en que se hizo camino al paraíso, se abrieron paralelos y enrejados portones al amor, a la entrada una alfombra floreada daba paso al Edén y múltiples apliques envolvían el lugar de su luz tenue, la pasión era el sentir del día a día, momento a momento entre aquellas esquinadas, altas y blanqueadas paredes que se hacían testigo de aquellos ansiados encuentros.
Era en el sentar sobre marmolados y fríos peldaños y bajo el callar ante un misterioso y profundo silencio donde se podía sentir y oír los latidos de dos corazones, los roces de infinitas caricias, la unión de labios en besos y los eternos gemidos brotando del adentro de las almas, sí, era Edén, rincón abierto a la intimidad de un romance.
Fue nublando el pasar del tiempo con gran sol que iba cayendo, cambió el camino su firme suelo, se volvió difícil y pedregoso, las altas paredes se vistieron de gravosos muros oscuros, apliques se convirtieron en antorchas con llamas a fuego, alfombra y peldaños se volvieron espinosos y rudos y el silencio se hizo grito de un callado dolor intenso.
No sería ya aquel un camino multicolor y floreado, ni sería Edén que dio entrada a aquel amor apasionado, no sería ya rincón de encuentros de un gran sentimiento, ni habría mas sonar de un amoroso quejido interno.
Se cerraron las puertas de ahora verjas encadenadas, de aquel rincón de ensueño en sombrío claustro convertido, sí, se cerraron, sellaron los que fueron portones enrejados y allí entre claustros duerme para eterno aquel amor sepultado.
Era en el sentar sobre marmolados y fríos peldaños y bajo el callar ante un misterioso y profundo silencio donde se podía sentir y oír los latidos de dos corazones, los roces de infinitas caricias, la unión de labios en besos y los eternos gemidos brotando del adentro de las almas, sí, era Edén, rincón abierto a la intimidad de un romance.
Fue nublando el pasar del tiempo con gran sol que iba cayendo, cambió el camino su firme suelo, se volvió difícil y pedregoso, las altas paredes se vistieron de gravosos muros oscuros, apliques se convirtieron en antorchas con llamas a fuego, alfombra y peldaños se volvieron espinosos y rudos y el silencio se hizo grito de un callado dolor intenso.
No sería ya aquel un camino multicolor y floreado, ni sería Edén que dio entrada a aquel amor apasionado, no sería ya rincón de encuentros de un gran sentimiento, ni habría mas sonar de un amoroso quejido interno.
Se cerraron las puertas de ahora verjas encadenadas, de aquel rincón de ensueño en sombrío claustro convertido, sí, se cerraron, sellaron los que fueron portones enrejados y allí entre claustros duerme para eterno aquel amor sepultado.
Juan Carlos Heras Espada
Derechos de autor
10 octubre 2013
Código: 1310106791986
Fecha 10-oct-2013 20:43 UTC
Fecha 10-oct-2013 20:43 UTC
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