Daniel
Miembro Conocido
Me sorprenden cuando hablan
las envidias sin palomas,
que la mujer que yo amo
será el final de mi estrofa.
Ella es un cuento desnudo
en el silencio sin miedo,
la paciencia y desayuno,
sobre mi cuerpo despierto.
Lleva lunas por cintura,
universo en su interior,
es café de mis mañanas
incendiando al corazón.
Nunca cambia su palabra
porque es libre como un sueño
y es jilguero que no callan
aquellos que viven yertos.
No hay sequías en la boca
porque su río es mi piel,
y son suicidios sus senos
donde muero de placer.
Pues su risa en la cama
suena sin ningún temor
y es un beso irrepetible
en la aurora del amor.
Compañera, no la invento
para escribirla en mis versos,
usted es refugio sin iras,
donde mi alma está a cubierto
las envidias sin palomas,
que la mujer que yo amo
será el final de mi estrofa.
Ella es un cuento desnudo
en el silencio sin miedo,
la paciencia y desayuno,
sobre mi cuerpo despierto.
Lleva lunas por cintura,
universo en su interior,
es café de mis mañanas
incendiando al corazón.
Nunca cambia su palabra
porque es libre como un sueño
y es jilguero que no callan
aquellos que viven yertos.
No hay sequías en la boca
porque su río es mi piel,
y son suicidios sus senos
donde muero de placer.
Pues su risa en la cama
suena sin ningún temor
y es un beso irrepetible
en la aurora del amor.
Compañera, no la invento
para escribirla en mis versos,
usted es refugio sin iras,
donde mi alma está a cubierto
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