Blanca Hernandez
Miembro Conocido
Confesiones de un policía..
-- Hola Carlos-- me dijo llamándome por mi nombre aquella tarde, mientras me hacía un gesto burlón, como si se riera de mi y de ella.
Ella no está de esta parte de mi mundo, ella y sus veinte años sus manos curtidas por el trabajo y sus uñas largas, pintadas de rosa como sus boca !Hola Carlos... burlándose allí en la puerta de la comisaría, ella saliendo y yo entrando a tomar mi guardia, quise tomarla por un brazo, hacer que me mirara, pero ella apuró sus pasos contorneándose.
Se llama Rosa, un lindo nombre como el rosa de sus mejillas, como el perfume de las rosas cuando abren.
No pegaba ese nombre con esa noche y mucho
menos con aquél bar. No me correspondía ir esa noche a a controlar ese lugar y hacer una redada, pero el oficial me lo pidió, entramos y el encargado nos llevó al fondo, nos convidó con una copa, mientras nos decía.
--Por favor nada de escándalos, hay mucha gente y no hay que asustarlos--
Guiándonos por el instinto, pedimos documentos a cuatros sujetos raros y una chica, ella se resistió,se defendió como pudo, y hasta me arañó una mano,me dio rabia y lástima al mismo tiempo.
Después en la comisaría el otro compañero, se encargó de los hombres y yo de ella Rosa, ella lloraba, se le corrió el rimen, le dí mi pañuelo,se limpió la cara parecía tan frágil, tan inocente,le ofrecí un café y me contó, la historia de siempre,
Su padre se emborracha, su madre se había ido con otro hombre, ella tenía hermanos chicos, lavó ropa para fuera mucho tiempo, el dinero no alcanzaba y se prostituyó, le dije que la vida podría ser blanca y hermosa si se lo proponía, yo la ayudaría.
La vi tan desamparada, que la saqué de la comisaría bajo mi responsabilidad,el vigilante de la esquina me sonrió cómplice, imaginando cosas.
La lleve a comer algo, entró un vendedor de jazmines y le regalé un ramito, se puso a llorar mansamente,de una manera infantil
---porqué lloras---
---es la primera vez que me regalan flores--
Después caminamos envueltos los dos en un tibio silencio, la acompañé hasta su barrio, la luna se escondió detrás de una nube, y no sé porqué la tomé por la cintura la hice girar y besé su boca, con ternura,casi con pureza, para hacerla entender que en la vida,hay otro tipo de besos, dulces, distintos diferente a
los que ella estaba acostumbrada, sin palabras salió corriendo, regresé a mi casa, al hogar cálido y donde está el silencios de unos hijos queridos y dormidos.
--Llegaste Carlos-- me tiré en la cama mientras
escuchaba la voz somnolienta de mi esposa, buscando ampararme en ella, diciéndole sin hablar cuánto la amo.
--Hola Carlos--burlona, sarcástica, supe que anduvo preguntando por mi, unos días antes y que le contaron que yo era casado con hijos.
--Son todos una porquería-- dijo
No entendió que lo de aquella noche, fue para traerla a mi mundo, a esta otra orilla, a este lado de la luz,pero mis ternuras no fueron comprendidas.
Rosa... me hubiera gustado quererte, pero no me pertenezco.
Fin
-- Hola Carlos-- me dijo llamándome por mi nombre aquella tarde, mientras me hacía un gesto burlón, como si se riera de mi y de ella.
Ella no está de esta parte de mi mundo, ella y sus veinte años sus manos curtidas por el trabajo y sus uñas largas, pintadas de rosa como sus boca !Hola Carlos... burlándose allí en la puerta de la comisaría, ella saliendo y yo entrando a tomar mi guardia, quise tomarla por un brazo, hacer que me mirara, pero ella apuró sus pasos contorneándose.
Se llama Rosa, un lindo nombre como el rosa de sus mejillas, como el perfume de las rosas cuando abren.
No pegaba ese nombre con esa noche y mucho
menos con aquél bar. No me correspondía ir esa noche a a controlar ese lugar y hacer una redada, pero el oficial me lo pidió, entramos y el encargado nos llevó al fondo, nos convidó con una copa, mientras nos decía.
--Por favor nada de escándalos, hay mucha gente y no hay que asustarlos--
Guiándonos por el instinto, pedimos documentos a cuatros sujetos raros y una chica, ella se resistió,se defendió como pudo, y hasta me arañó una mano,me dio rabia y lástima al mismo tiempo.
Después en la comisaría el otro compañero, se encargó de los hombres y yo de ella Rosa, ella lloraba, se le corrió el rimen, le dí mi pañuelo,se limpió la cara parecía tan frágil, tan inocente,le ofrecí un café y me contó, la historia de siempre,
Su padre se emborracha, su madre se había ido con otro hombre, ella tenía hermanos chicos, lavó ropa para fuera mucho tiempo, el dinero no alcanzaba y se prostituyó, le dije que la vida podría ser blanca y hermosa si se lo proponía, yo la ayudaría.
La vi tan desamparada, que la saqué de la comisaría bajo mi responsabilidad,el vigilante de la esquina me sonrió cómplice, imaginando cosas.
La lleve a comer algo, entró un vendedor de jazmines y le regalé un ramito, se puso a llorar mansamente,de una manera infantil
---porqué lloras---
---es la primera vez que me regalan flores--
Después caminamos envueltos los dos en un tibio silencio, la acompañé hasta su barrio, la luna se escondió detrás de una nube, y no sé porqué la tomé por la cintura la hice girar y besé su boca, con ternura,casi con pureza, para hacerla entender que en la vida,hay otro tipo de besos, dulces, distintos diferente a
los que ella estaba acostumbrada, sin palabras salió corriendo, regresé a mi casa, al hogar cálido y donde está el silencios de unos hijos queridos y dormidos.
--Llegaste Carlos-- me tiré en la cama mientras
escuchaba la voz somnolienta de mi esposa, buscando ampararme en ella, diciéndole sin hablar cuánto la amo.
--Hola Carlos--burlona, sarcástica, supe que anduvo preguntando por mi, unos días antes y que le contaron que yo era casado con hijos.
--Son todos una porquería-- dijo
No entendió que lo de aquella noche, fue para traerla a mi mundo, a esta otra orilla, a este lado de la luz,pero mis ternuras no fueron comprendidas.
Rosa... me hubiera gustado quererte, pero no me pertenezco.
Fin
Última edición:
