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Conflicto de intereses

La Razón y Corazón caminaban de la mano
pero una fecha cualquiera un roce les apartó;
el Corazón flaqueó a primorosos halagos
y saltándose a Razón se lanzó hacia un nuevo amor.

Razón por naturaleza prudente y observadora
desde el comienzo entendió que aquello llevaba a nada,
en tanto que Corazón, con devoción candorosa
en románticos poemas su alborozo declaraba.

Razón habló a Corazón sobre aquel idilio vano
y presentando argumentos cuestionó la relación,
pero el terco enamorado desatendió los reparos
y desoyendo razones su aventura continuó.

Corazón se desbocó y Razón calló su voz
consciente del cruel fracaso que rápido llegaría,
más mantuvo su mutismo y evitó la intervención
a sabiendas que en un plazo el asunto a mal iría.

Cierto día Corazón percibió con gran dolor
que su magnífico sueño era inhóspita prisión;
entonces llegó aturdido a consultar a Razón
quien le habló de un mal futuro si seguía en su obsesión.

El perplejo Corazón le replicó mansamente:
toma tú las decisiones, ahora actúa por ambos,
lo que veo no lo aguanto, no quiero ser su pelele.
Razón asumió su cargo y todo cortó de un tajo.

Hoy sabe que Corazón quieto estará por un tiempo
pero también que a futuro encontrará otra ilusión;
confía que la experiencia le sirva como un espejo
y que en su próximo lance busque diferente opción.

Seguro, tarde o temprano aquél volverá a soñar
pero el traspié le enseñó hacia donde no mirar.
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
La Razón y Corazón caminaban de la mano
pero una fecha cualquiera un roce les apartó;
el Corazón flaqueó a primorosos halagos
y saltándose a Razón se lanzó hacia un nuevo amor.

Razón por naturaleza prudente y observadora
desde el comienzo entendió que aquello llevaba a nada,
en tanto que Corazón, con devoción candorosa
en románticos poemas su alborozo declaraba.

Razón habló a Corazón sobre aquel idilio vano
y presentando argumentos cuestionó la relación,
pero el terco enamorado desatendió los reparos
y desoyendo razones su aventura continuó.

Corazón se desbocó y Razón calló su voz
consciente del cruel fracaso que rápido llegaría,
más mantuvo su mutismo y evitó la intervención
a sabiendas que en un plazo el asunto a mal iría.

Cierto día Corazón percibió con gran dolor
que su magnífico sueño era inhóspita prisión;
entonces llegó aturdido a consultar a Razón
quien le habló de un mal futuro si seguía en su obsesión.

El perplejo Corazón le replicó mansamente:
toma tú las decisiones, ahora actúa por ambos,
lo que veo no lo aguanto, no quiero ser su pelele.
Razón asumió su cargo y todo cortó de un tajo.

Hoy sabe que Corazón quieto estará por un tiempo
pero también que a futuro encontrará otra ilusión;
confía que la experiencia le sirva como un espejo
y que en su próximo lance busque diferente opción.

Seguro, tarde o temprano aquél volverá a soñar
pero el traspié le enseñó hacia donde no mirar.


Hermoso poema de bella musicalidad y con un excelente contenido,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 

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