• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

Cri cri cri

—Eh, tú…
—¿Quién yo?
—Sí, sí, tú que estás pensando sobre qué escribir. Me gustaría que me hagas un favor, que cambies el cuento de la cigarra y la hormiga.
Estoy harta de que la cigarra se pase el verano cantando, mientras yo me deslomo a trabajar. Tengo su sonido metido en la cabeza y me martillea la sien. ¿Sabes lo que es aguantar eso cada vez que un niño abre el libro para leer la fábula?
Además, no me gusta el final, porque yo sería incapaz de cerrarle la puerta en las narices a la cigarra. No tengo tan mal corazón. Es un adiós muy brusco, me remordería la conciencia.
Lo que no entiendo es como sobrevive sin mi ayuda todo el invierno, es imposible, sin embargo, ella vuelve a estar ahí cada vez que salgo a trabajar.
—¿Me ayudarás?
—Claro. A ver qué te parece este cambio…
Un caluroso verano, una cigarra cantaba sin parar debajo de un árbol. Una hormiguita que pasaba por allí cargada con grano, le dijo:
—Te pasas los días feliz, divirtiéndote, piensa bien en lo que harás cuando llegué el invierno y no tengas que comer.
La cigarra despreocupada le contestó:
—Bueno, cuando llegue la fecha ya veré que hago. Ahora déjame seguir canturreando, hace un día magnifico.
Los días seguían pasando y una no dejaba de cantar y la otra no paraba de trabajar. Ya casi terminando el verano, la hormiguita se disponía a salir a por más comida, cuando sintió gritos de niños.
—Mira, mira, Juan. He cazado una cigarra, nos la llevaremos a casa. Aunque… se acerca el otoño y dejará de cantar, pero la cuidaremos hasta que finalice el invierno para oírla de nuevo.
Moraleja: La suerte acompaña siempre al que menos lo necesita.
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
—Eh, tú…
—¿Quién yo?
—Sí, sí, tú que estás pensando sobre qué escribir. Me gustaría que me hagas un favor, que cambies el cuento de la cigarra y la hormiga.
Estoy harta de que la cigarra se pase el verano cantando, mientras yo me deslomo a trabajar. Tengo su sonido metido en la cabeza y me martillea la sien. ¿Sabes lo que es aguantar eso cada vez que un niño abre el libro para leer la fábula?
Además, no me gusta el final, porque yo sería incapaz de cerrarle la puerta en las narices a la cigarra. No tengo tan mal corazón. Es un adiós muy brusco, me remordería la conciencia.
Lo que no entiendo es como sobrevive sin mi ayuda todo el invierno, es imposible, sin embargo, ella vuelve a estar ahí cada vez que salgo a trabajar.
—¿Me ayudarás?
—Claro. A ver qué te parece este cambio…
Un caluroso verano, una cigarra cantaba sin parar debajo de un árbol. Una hormiguita que pasaba por allí cargada con grano, le dijo:
—Te pasas los días feliz, divirtiéndote, piensa bien en lo que harás cuando llegué el invierno y no tengas que comer.
La cigarra despreocupada le contestó:
—Bueno, cuando llegue la fecha ya veré que hago. Ahora déjame seguir canturreando, hace un día magnifico.
Los días seguían pasando y una no dejaba de cantar y la otra no paraba de trabajar. Ya casi terminando el verano, la hormiguita se disponía a salir a por más comida, cuando sintió gritos de niños.
—Mira, mira, Juan. He cazado una cigarra, nos la llevaremos a casa. Aunque… se acerca el otoño y dejará de cantar, pero la cuidaremos hasta que finalice el invierno para oírla de nuevo.
Moraleja: La suerte acompaña siempre al que menos lo necesita.

Me encantó este cuento, en donde cambia la historia, el final es lindo y tierno.
Felicitaciones Raquel.
Un abrazo con cariño
Ana
 
Hermosisimas letras que contienen ua garn cantidad de dulzura y exquisita ternura, excelente historia donde todo cambia. Felicitaciones Raquel Fraga por este bellisimo cuento, apalusos y saludos amiga poeta


 
—Eh, tú…
—¿Quién yo?
—Sí, sí, tú que estás pensando sobre qué escribir. Me gustaría que me hagas un favor, que cambies el cuento de la cigarra y la hormiga.
Estoy harta de que la cigarra se pase el verano cantando, mientras yo me deslomo a trabajar. Tengo su sonido metido en la cabeza y me martillea la sien. ¿Sabes lo que es aguantar eso cada vez que un niño abre el libro para leer la fábula?
Además, no me gusta el final, porque yo sería incapaz de cerrarle la puerta en las narices a la cigarra. No tengo tan mal corazón. Es un adiós muy brusco, me remordería la conciencia.
Lo que no entiendo es como sobrevive sin mi ayuda todo el invierno, es imposible, sin embargo, ella vuelve a estar ahí cada vez que salgo a trabajar.
—¿Me ayudarás?
—Claro. A ver qué te parece este cambio…
Un caluroso verano, una cigarra cantaba sin parar debajo de un árbol. Una hormiguita que pasaba por allí cargada con grano, le dijo:
—Te pasas los días feliz, divirtiéndote, piensa bien en lo que harás cuando llegué el invierno y no tengas que comer.
La cigarra despreocupada le contestó:
—Bueno, cuando llegue la fecha ya veré que hago. Ahora déjame seguir canturreando, hace un día magnifico.
Los días seguían pasando y una no dejaba de cantar y la otra no paraba de trabajar. Ya casi terminando el verano, la hormiguita se disponía a salir a por más comida, cuando sintió gritos de niños.
—Mira, mira, Juan. He cazado una cigarra, nos la llevaremos a casa. Aunque… se acerca el otoño y dejará de cantar, pero la cuidaremos hasta que finalice el invierno para oírla de nuevo.
Moraleja: La suerte acompaña siempre al que menos lo necesita.
RAQUELITA

¡Qué maravillosa moraleja!

Me entretuve con inmensa alegría.

Abrazos y besos desde mi balcón quiteño
de geranios multicromáticos,

Guillermo.

 

MARIPOSA NEGRA

********
hermoso cambio has dado a la fábula original Raquel, la vida esta llena de opciones y no hace mal buscar una que mejor nos coloree el alma, un placer enorme leerte besos
 
Excelente prosa que nos deja enseñanzas opara chicos y su gran final para grandes al mismo tiempo.
¡Hermoso poema!
Un fuerte abrazo
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba