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Cuentos de Brujas

Vanessa Herrera

Miembro Conocido
Había una vez, tal vez fueron dos veces o más, no hay que olvidar que los cuentos se repiten por toda la eternidad, en todas las épocas.

Como en toda historia, había una vez una bruja que quería para ella toditita la gloria, soñaba con ser la mejor y quedarse con el puesto de bruja mayor, ponerle alas a su escoba, quitar las verrugas de la cara, quería hechizos diferentes, era muy joven, no usaba gabardina, usaba minifalda, tenía muchos sueños, aunque sonaran algo insólitos.

Entonces en una gran reunión, le propuso al claustro mayor, se convocara a un concurso, donde fuera necesaria la creatividad, astucia y mucho ingenio. Se armó un gran alboroto, unos estaban a favor, otros no podían creer que había que competir por un lugar.

Pero la bruja mayor, lo pensó unos minutos, le pareció una buena idea, pues hacía años que no había nada nuevo, incluso la plaza parecía difunta, sin embargo, el brujo segundo al mando, le parecía un atropello, poner a pugnar a los brujos de este reino.

- ¿Cómo es posible pensarlo? , me parece un arrebato, dijo el hombre muy molesto.

- No se preocupe, mi buen amigo, usted puede seguir resistiéndose al destino, sin embargo tenga claro, que solo sufre por querer recorrer otro camino.

- ¿Que es lo que le pasa?, ¿como es posible que tan solo lo piense? Si usted convoca a un concurso de magia, yo me voy por donde vine.


- Tenga presente, que si se va, es por propio gusto, no sea cobarde, la vida se hizo para ser vivida, no para ser huida; tiene tanto miedo que da pena, es como un despojo, usted no parece humano, parece un muerto que camina.

- Pero, ¿qué es lo que le pasa su señoría?, ¿es que acaso está en mi contra este día? ¿Está perdiendo la visión de la vida?


- No hay una visión exacta, quizá sea una distorsión de la mente, lo cierto es que, lo que uno quiere creer, es justo lo que se hace realidad. Eso no debe olvidarlo, creo que debería concursar, le falta la modestia y le falla la humildad.

Empezó la fiesta, todo se dispuso, para en este raro concurso, las brujas jóvenes no querían participar contra Corina, decían que hacía hechizos raros, de esos que sí son raros, de esos que la magia no puede consentir.

- Si me permiten, inquirió Corina, yo no hago magia extraña, solo le pongo un toque de energía, una pizca de ciencia y locura, jamás es una trampa, solo es un espacio que no se explora todavía.

El claustro quedó en silencio, nadie se atrevía a decir una palabra, pues en realidad, muy en el fondo sabían que no era mentira, que podían seguir con esto, y ponerle su propia firma.

De todas partes de la tierra, vinieron brujos y brujas, fue una gran sorpresa, era tal la algarabía que ya en la ciudad no cabían, todos se enfrentaron, los conjuros, la magia y las risas estaban por todo el lugar, pero sobre todo, los negocios iban bien en esa época, creció la demanda de suvenir, se vendió de todo, hasta tejas de las casas, firmadas por los mejores hechiceros.

El éxito fue total, la vida para los magos se volvía aburrida, ahora solo daban lugar a los impostores, la verdadera magia ya no se usa, solo se utiliza la que lastima, los insultos, la maldad y la vagancia, estafar, pistolas y mentiras, a nadie le interesa la alquimia, ni transformar la soledad en vida, ni la guerra en armonía, ni convierten las tristezas en alegría.

Corina estaba feliz, no hay que olvidar que esta historia trata de ella, por fin dejaría de ser una desterrada, ahora ya era tomada en cuenta, si es que llegaba al final del concurso, demostraría como es que hoy día se hacen verdaderos encantamientos.

En conclusión luego de un largo casting, que fue transmitido por todo espejo mágico de esta tierra, Corina seguía con vida, seguía concursando y mientras solo faltaban dos días, el segundo al mando se retorcía de envidia.

- Píenselo bien su señoría, dijo muy molesto, no ve que esto es una tontería, yo no pienso ir, no pienso presentarme en tan ridícula estafa.

- Y con el ego herido, pues creía que él decía que la tonta era ella, ya que el concurso promovía, le respondió con sarcasmo y un poco de ira, permítame decirle, que si no viene, es porque no quiere, que si usted quisiera, podría convertir el dolor en alegría, entonces no se queje, solo se queda en sus mentiras, si no da la cara y no hace algo por su vida, no venga a quejarse, haga algo, deje la cobardía, que el amor es lo de moda, y si usted quisiera, podría convertir la noche en día.

- No me diga mas tonterías, desprecio esta pesadilla

- Desprecie lo que usted quiera, quizá puede herir en algún momento, pero cuando lo asimile el intelecto, el corazón estará en paz y usted será quien salga perdiendo, atrévase a despertar de sus lamentos, haga de su vida lo que es bueno, aprenda, deje de culpar a otros y verá lo bueno que se perdía.

Pero el hombre no cedía. Por tanto fue expulsado ese día y, dolido se marchó para hacer malas brujerías y vengarse de la burla que le hacía.

Empezó el último tramo de esta gran fantasía, Corina había quedado entre las primeras de tanta pila, todos se extrañaban, pues nadie la respetaba, pero les había dado tantas ideas con las cosas nuevas que en la manga traía.

Alguien le preguntó a la bruja mayor, ¿Qué es lo que ganará quien alcance la victoria?

- No lo había pensado, alguien deberá ganar algo, que les parece si preparo una linda varita, que tenga ingredientes mágicos y poderosos para toda la vida, tal vez le ponga un poco de amor, que es la única energía que cambia todo en la vida, un laurel, para que puedan alcanzar la cima, un poco de valor, para que nunca claudique, un poco de paz, armonía, quizá le ponga un poco de todo lo que brinda alegría.

Empezaron los gritos, a todos les gustaría esta varita, pero solo un brujo podría tenerlo, aquel que venciera en sus hechizos, uno a uno fueron perdiendo, se transmitía por espejos en todo el reino, nadie miraba otra cosa, hasta el brujo malo, ponía atención, pues algo estaba tramando, al siguiente día donde tres quedarían para ganar esta justa.

Llego el momento de la gran final, Corina aún seguía con vida, tenía preparado algo extraordinario, aunque lo mismo pensaba el brujo, quería destruir los hechizos de Corina, y tras de la cortina, les ponía polvos de dragón horneado, para que fallara y que el galardón no pudiera alcanzar, eso era puro despecho y envidia.

Empezó el último reto, luego de una brillante actuación, a Corina le fallaban todos los conjuros, las evocaciones no funcionaban, le parecía extraño, no miraba por donde podía ganar, si todo le salía mal. Iba perdiendo y a la bruja mayor le llamó la atención, así que fue a visitarla a su camerino, mientras pasaban los anuncios de la transmisión de espejos, era extraordinario, por primera vez, estaba unido hasta el espejito de blanca nieves.

Que es lo que pasa niña, dijo la bruja, Corina lloraba, desconsolada como una niña,
- Me pasa que mi magia falla esta noche, no se que es lo que pasa, todo lo que hago esta como maldito.

- No te pongas triste, yo voy a revisar personalmente que es lo que ocurre.

Como era muy experimentada, pronto se dio cuenta que su magia estaba hechizada, reconoció de inmediato el polvo de dragón, supo que era el brujo, segundo al mando, por dos cosas, la primera era el único que podía hacer polvo de dragón y hacía mucho estaba agotado, las últimas reservas estaban en su cantera, pero sobre todo sus zapatos, eran horribles y sobresalían de esa cortina.

No quiso decir nada a Corina, que era lo que pasaba, le dio un buen consejo:

- Si el polvo de estrella no funciona, tíralo a la basura, deja de llorar, has que las cosas ocurran de otra manera, has que la vida suceda, no me digas que no puedes, si no lo haces es que te diste por vencida, eso no le sirve a nadie, habremos puesto nuestras expectativas en alguien que no es buena. Seca las lágrimas y usa un arcoíris o invoque la luna, pero ya deja de llorar.

Atrévete a hacer algo, no porque diste un paso creas que ya conquistaste el mundo, has algo por Dios, que no logras nada ahí varada, como una piedra tirada en el camino, no digas que no puedes, lo que pasa es que no quieres, solo porque una cosa no te salió bien, pero no ves lo maravilloso de las semanas pasadas y todo lo que has logrado.

Entonces a Corina se le prendió el foco, tiro todo a la basura y decidió crear un nuevo hechizo, algo que nunca nadie haya visto alguien, le daría color a la vida, enseñaría a amar la rosa, pero también a la espina, convirtiendo el odio en amor, la guerra en paz y el caos en creación.

Cuando Corina salió emocionada, para crear su nueva sorpresa, la bruja mayor halo la cortina, el brujo, que ya no era segundo al mando, quiso escapar, pero ella lo detuvo.

- ¿Qué es lo que a usted le pasa? No hace nada por la vida, hace todo para atraer la muerte, parece que no quiere algo mejor, no se da la oportunidad de disfrutar, de reír y de vivir, no da oportunidad para hacer nada. Esta tan amargado, es tan egoísta, no sé cómo hemos podido, por tantos años soportarlo. cierre la puerta, no se quede en el pasillo, allí parado no hace nada, más que estorbo, o está adentro o está afuera, verá que así encontrará la felicidad que esta buscando, pero en el pasillo, solo se queda detenido y lo peor detiene a los demás.

Se quedó callado, llamó la bruja a seguridad y fue apresado, cuando iba de salida, decidió sacar lo que por tantos años llevaba dentro.

- Brujo, usted me hace feliz, aunque no lo crea, me hiere el alma, pero es tanto mi amor que pronto se me olvida, suena triste lo sé, mas bien es tonto decirlo, pero quiero que sepa, que es lo que pienso y sobre todo quiero que le quede claro que me valen más las cosas buenas, que sus maldades, pero durante tantos años no se ha dado cuenta de lo que siento, que mi amor por usted es eterno.

Avergonzado, salió esposado, con la cabeza baja, y el corazón hecho polvo, ahora la bruja le venía con eso, cuando él, durante años, había creído que nadie le amaba.

El concurso continuó, la bruja mayor se sentía liviana, luego de lanzar tremenda puñalada y Corina inventó algo que mostraba el color del amor, un conjuro mágico que mostraba un rosa muy débil si se marchitaba y un color mas fuerte si estaba pleno.

Entonces se dio cuenta que, le faltaba mucha mas experiencia, para ser la bruja mayor, que ese puesto, no se ganaba solo con los años, sino con la sabiduría, ella traía consigo el ímpetu y el deseo de la juventud, pero para ser la número uno necesitaba mas que magia, mas que ciencia, mas que los hechizos mas efectivos, necesitaba despertar en ella el amor, no por uno, si no por todos, no ser incitadora, si no una líder calmada.

Ganó el galardón, lo merecía decían todos, lo merecía por decidida, por haber seguido adelante, a pesar de la adversidad, por que mostró que el amor no es para siempre, al conquistarlo hay que cuidarlo, o se va debilitando, solamente que a veces por tantas preocupaciones no lo notamos, también les enseñó que aun cuando se volviera negro, podía convertirlo de nuevo en rosa, ahora podían darse cuenta de su nivel de amor, hasta llegar a el color perfecto. No podían engañarse a si mismos, no podían perderse mas en pequeñeces, cuando el amor es la única magia que mueve al mundo, por eso es que ahora no estaba funcionando, porque este punto ya lo habían olvidado.

La varita de la Bruja mayor, la lleno de emoción, pero sobre todo, empezó a vivir mas holgada y menos tensa, aprendió a respetar sus dones, pues es la única manera que los demás no se resistan.

Y finalmente este cuento ha acabado, aunque dentro de unos minutos, se volverá a repetir, una vez mas volverá a cobrar vida, con otros personajes, en otro tiempo, pero el amor es lo mismo, siempre será lo mismo.
 

Don

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Lindo cuento, dejas un buen mensaje el del amor, y que no hay que darse por vencido...
un gusto leerte,
un fuerte abrazo...
 

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