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De la vida real ¡ EDÚQUESE “GÜEY”! (segunda y última parte)

[FONT=&quot] De la vida real ¡ EDÚQUESE “GÜEY”! ([/FONT][FONT=&quot]segunda y última parte[/FONT][FONT=&quot])[/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]En un transporte colectivo (combi), viajábamos seis pasajeros, mas el conductor y su acompañante, éste, los dos, por cierto muy parlanchines y malhablados. Mi compañera de asiento era una dama muy guapa y amable de unos cincuenta años de edad, aproximadamente. Pues bien, lo que me llamó la atención fue que en transcurso de tres calles, el acompañante del conductor, mencionó la palabra “güey”, para todo, por ejemplo: “no güey”; “sí güey”, etc., o sea, que utilizó esa expresión para cosas y personas. En ese corto trayecto mencionó, aproximadamente cien veces la palabra “güey”. Moví la cabeza y mi co-pasajera también, al parecer me comprendió, entablamos plática y le comenté que desde tiempo atrás había notado que en toda conversación, hombre o mujer, incluso niño y personas adultas, al interlocutor ya no lo llaman por su nombre, sino que le aplican el calificativo “güey”, y éste lo acepta. En breves palabras cambiamos opiniones de lo que se le ha hecho a nuestro vocabulario; ella sonrió y me dijo: le voy a platicar algo que no va a creer:[/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“---Verá usted, tengo cinco hijos, tres hombres, dos mujeres, soy viuda y mis hijos varían entre los trece y veinticinco años de edad. Mi esposo y yo quisimos dar a nuestros hijos una educación adecuada, al parecer lo logramos en parte, pero falleció y me quedé al cuidado de mis hijos. Al poco tiempo de que enviudé, mis hijos empezaron a desatramparse, pero yo hacía lo posible para someterlos y que no se sobrepusieran. Pese a ello, algunos viciecillos se colaron, entre ellos, la manera de hablar. Pretendieron usar palabras altisonantes, pero me impuse, sin embargo el dichoso “güey”, empezó a ser aplicado constantemente, es decir, los dominó, aunque yo traté de evitárselos. [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Cuando me di cuenta ya era parte de su vocabulario cotidiano y mi autoridad, aparentemente fue aplacada. “--- No me di por vencida, porque desde un principio les llamé la atención e hice saber que “ no estaba bien como se expresaban, que se escuchaban mal”, pero me contradecían. En diferentes ocasiones dijeron: [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- ¡Ay, má! No sea anticuada, es lo que más se usa actualmente, todo mundo lo dice[/FONT] [FONT=&quot]“--- ¡Pues será el bendito![/FONT][FONT=&quot] Les refutaba, [/FONT] [FONT=&quot]¡--- ¡Aquí, no y menos ustedes![/FONT][FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Lamentablemente hicieron caso omiso a mis indicaciones. Aparentemente se salieron con la suya, ya que se escuchaba el “güey”, a todas horas y en todo lugar, es decir, a la hora de desayunar, comer o cenar; a la despedida, a la llegada, etc., para toda ocasión utilizaban el “güey”. [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- En una ocasión que estaban todos mis hijos reunidos y sentados para comer ---ya desesperada---, al pasar la cacerola con la sopa para ir sirviéndoles uno por uno, les dije: [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Ora “güey”, así o más, al otro: tú “güey”, pasa las tortillas; a ella, tú “güey”, trae la cacerola del guisado.[/FONT][FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- ¡Se quedaron estupefactos!, hasta que uno de ellos me dijo:[/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- ¡Oye mamá!, ¡eso no se dice!, ¡te oyes mal! [/FONT]
[FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Dejé se servir y aclaré: [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Efectivamente, se oye mal en mí, en ti, en todos, pero ustedes no quieren entenderlo así…[/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“ --- De hoy en adelante o dejan de hablar de esa manera o yo voy a usar un lenguaje vulgar o peor, aquí y dondequiera que me encuentre.[/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Pero mamá, tú nunca habías hablado así, ni has dicho palabrotas. Ahora que no está mi papá te vas a imponer? [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Le conteste: ¡Claro que sí!.[/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- Pero será para que otra vez se vuelva a respirar en esta casa la educación y el respeto para todos y podamos platicar sin vulgaridades. [/FONT] [FONT=&quot] [/FONT] [FONT=&quot]“--- ¡Y santo remedio!!!. [/FONT]
 

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