María del Mar Ponce López
Moderadora de Prosas Compartiendo Tristezas
DESIGNIO. (DÚO MARÍA DEL MAR PONCE LOPEZ -NEMESIS)
Esa mirada tuya cual reflejo
hace que brille más la primavera,
tus ojos son mi luz como un espejo
me dicen que soy sol de tu rivera.
Ser tu mar, tu quietud, el vino añejo
para olvidar lo inmenso de la espera.
Espera con paciencia las caricias
que se nutren de ti, ricas delicias.
Tú con tu sonrisa, fresca y divina
que se vierte flexible por mis venas
arrulla mi corazón, lo ilumina
lo llenas de amor y eliminas penas.
Tú perfumada flor que me fascina
delicada, elegante así me llenas,
que das tu vibrar, sentir y me inspira,
y se adueña de mi alma que suspira.
Somos sueños que vuelan entre cantos,
corazones repletos de añoranza
que dibujan sin miedo sus encantos
en un cielo de utópica esperanza.
Tu sonrisa, remedio de mis llantos
tu mirada, ternura que me alcanza.
La distancia se rompe, se adormece
si te pienso, mi amor, cuando amanece.
Si te pienso mi amor cuando amanece,
por la fuerza del ser que nos ampara
es por la lluvia, el sol que aquí aparece,
siendo vos el compás de mi guitarra
cada día y así cuando anochece
es mi voz que a tu oído te excitara,
tan suaves, tan divinos son los versos,
melódicos, muy finos y son tersos.
María del Mar Ponce López y NEMESIS
Esa mirada tuya cual reflejo
hace que brille más la primavera,
tus ojos son mi luz como un espejo
me dicen que soy sol de tu rivera.
Ser tu mar, tu quietud, el vino añejo
para olvidar lo inmenso de la espera.
Espera con paciencia las caricias
que se nutren de ti, ricas delicias.
Tú con tu sonrisa, fresca y divina
que se vierte flexible por mis venas
arrulla mi corazón, lo ilumina
lo llenas de amor y eliminas penas.
Tú perfumada flor que me fascina
delicada, elegante así me llenas,
que das tu vibrar, sentir y me inspira,
y se adueña de mi alma que suspira.
Somos sueños que vuelan entre cantos,
corazones repletos de añoranza
que dibujan sin miedo sus encantos
en un cielo de utópica esperanza.
Tu sonrisa, remedio de mis llantos
tu mirada, ternura que me alcanza.
La distancia se rompe, se adormece
si te pienso, mi amor, cuando amanece.
Si te pienso mi amor cuando amanece,
por la fuerza del ser que nos ampara
es por la lluvia, el sol que aquí aparece,
siendo vos el compás de mi guitarra
cada día y así cuando anochece
es mi voz que a tu oído te excitara,
tan suaves, tan divinos son los versos,
melódicos, muy finos y son tersos.
María del Mar Ponce López y NEMESIS