lupita molina de hoyos
Miembro Conocido
DOS PEQUEÑOS RATONCILLOS
En medio del bosque
se encontraba un cazador,
andaba en busca
de algún hermoso animal
el cuál mataría
para exponerlo como un gran trofeo,
pero los animalitos no salían
de donde se encontraban escondidos,
lo miraban con un inmenso miedo
y observaban cada movimiento
que el cazador hacia,
eran un hermoso alce,
una pequeña e inquieta ardilla,
un bello y tierno conejo,
y a ellos se unieron
una señorial pantera,
negra como la noche
y sus ojos brillantes
como la misma luna,
también un tigre
y con ellos el mismo rey león,
agazapados todos planeaban
como esquivar y escapar
de esa arma que el cazador
en sus manos traía
y amenazaba con arrancarles la vida,
el cazador cansado,
bajo un árbol se sentó
y aburrido poco a poco
se fue quedando dormido,
desde lejos,
dos diminutos ratoncillos
observaban todo lo que ahí pasaba,
se fueron acercando a los animales agazapados
y con una dulce vocesilla
uno de ellos les dijo,
¿porque no se van,
si el cazador dormido está?
y le contestaron,
porque al querer huir
el ruido que haremos lo despertará
y entonces a uno de nosotros
nos matará,
otro ratoncito les dijo,
nosotros lo distraeremos
pero ustedes tienen que salir corriendo
todos se rieron
y preguntaron....
¿como es posible
que unos diminutos ratoncillos
puedan salvarnos?
entonces,
los ratoncillos les dijeron
no duden de la fuerza por el tamaño,
ustedes son más grandes
y no han podido hacer nada,
todos se miraron
y al mismo tiempo
les dijeron...
¡a ver si es cierto que pueden salvarnos!
los ratoncillos se acercaron
y comenzaron uno a uno
a subirse por el cuerpo del cazador
y este se levantó
pegando cada brinco,
tratando de quitarse
a los pequeños roedores,
olvidando su escopeta,
los demás animales al darse cuenta,
salieron corriendo
y comprendieron
que la valentía de los ratones
era más grande que el tamaño que ellos tenían
y que no vale uno más por el tamaño,
lo que en realidad vale,
es la decisión de enfrentar cualquier prueba
por más penosa o imposible que esta parezca
y con ello vencer el miedo
que nos hace creer que no podemos.
Lupita Molina de Hoyos
Coahuila México
09/ 04 / 2015
Derechos Reservados
En medio del bosque
se encontraba un cazador,
andaba en busca
de algún hermoso animal
el cuál mataría
para exponerlo como un gran trofeo,
pero los animalitos no salían
de donde se encontraban escondidos,
lo miraban con un inmenso miedo
y observaban cada movimiento
que el cazador hacia,
eran un hermoso alce,
una pequeña e inquieta ardilla,
un bello y tierno conejo,
y a ellos se unieron
una señorial pantera,
negra como la noche
y sus ojos brillantes
como la misma luna,
también un tigre
y con ellos el mismo rey león,
agazapados todos planeaban
como esquivar y escapar
de esa arma que el cazador
en sus manos traía
y amenazaba con arrancarles la vida,
el cazador cansado,
bajo un árbol se sentó
y aburrido poco a poco
se fue quedando dormido,
desde lejos,
dos diminutos ratoncillos
observaban todo lo que ahí pasaba,
se fueron acercando a los animales agazapados
y con una dulce vocesilla
uno de ellos les dijo,
¿porque no se van,
si el cazador dormido está?
y le contestaron,
porque al querer huir
el ruido que haremos lo despertará
y entonces a uno de nosotros
nos matará,
otro ratoncito les dijo,
nosotros lo distraeremos
pero ustedes tienen que salir corriendo
todos se rieron
y preguntaron....
¿como es posible
que unos diminutos ratoncillos
puedan salvarnos?
entonces,
los ratoncillos les dijeron
no duden de la fuerza por el tamaño,
ustedes son más grandes
y no han podido hacer nada,
todos se miraron
y al mismo tiempo
les dijeron...
¡a ver si es cierto que pueden salvarnos!
los ratoncillos se acercaron
y comenzaron uno a uno
a subirse por el cuerpo del cazador
y este se levantó
pegando cada brinco,
tratando de quitarse
a los pequeños roedores,
olvidando su escopeta,
los demás animales al darse cuenta,
salieron corriendo
y comprendieron
que la valentía de los ratones
era más grande que el tamaño que ellos tenían
y que no vale uno más por el tamaño,
lo que en realidad vale,
es la decisión de enfrentar cualquier prueba
por más penosa o imposible que esta parezca
y con ello vencer el miedo
que nos hace creer que no podemos.
Lupita Molina de Hoyos
Coahuila México
09/ 04 / 2015
Derechos Reservados
