Raquel Fraga
Miembro Conocido
Su mente intentaba hilar los momentos pasados que se rompían al mismo son que la vara fustigaba su espalda.
Todo comenzó hace muchos meses cuando le encargaron escribir un rollo de la Torá.
Compró todo lo necesario: hojas de pergamino, paquetes de plumas, una cadena de gallnuts de tinta e hilo. El escriba se sentó e intentó dejar fluir las letras, pero la pluma se le quedaba paralizada en las manos y sólo conseguía plasmar borrones.
Una mañana al levantarse observó que el rollo de la Torá estaba totalmente escrito, aunque aquella letra no parecía humana, era diferente a todo lo que había visto y desde luego no era hecha por una pluma. Encima de su escritorio se hallaba una nota que decía: Viajaba en el tiempo y no pude contener la necesidad de poder leerme en la historia cuando regrese a mi tiempo, pero solo Usted y yo sabremos la verdad.
Mientras el escriba era acusado de brujería y conducido a la hoguera, el rollo de la Torá ardía junto a él.
Todo comenzó hace muchos meses cuando le encargaron escribir un rollo de la Torá.
Compró todo lo necesario: hojas de pergamino, paquetes de plumas, una cadena de gallnuts de tinta e hilo. El escriba se sentó e intentó dejar fluir las letras, pero la pluma se le quedaba paralizada en las manos y sólo conseguía plasmar borrones.
Una mañana al levantarse observó que el rollo de la Torá estaba totalmente escrito, aunque aquella letra no parecía humana, era diferente a todo lo que había visto y desde luego no era hecha por una pluma. Encima de su escritorio se hallaba una nota que decía: Viajaba en el tiempo y no pude contener la necesidad de poder leerme en la historia cuando regrese a mi tiempo, pero solo Usted y yo sabremos la verdad.
Mientras el escriba era acusado de brujería y conducido a la hoguera, el rollo de la Torá ardía junto a él.