Araciel Abaddon
Miembro Conocido
El silencio rodea
la habitación, solo
roto por los pasos
del teniente encargado
de aquel extraño caso:
La habitación cerrada.
¡¿OTRO ASESINATO?!...
- Así es señor inspector,
y el mismo modus operandi
que en los casos anteriores.
-Lo se, agente,
lo se: una habitación
cerrada por dentro con
cerrojo y pestillo, la
ventana con rejas fuera,
vamos, imposible huir
para un asesino, de esta
habitación, pero
¿DONDE ESTA?-
-¡Me imagino que echasteis
la puerta abajo, pues aquí
no esta!,
-la hemos retirado
inspector para no tropezar
con ella.
-¡¿De aquí,no ha
salido nadie?!.
-¡No inspector, estamos aquí
dentro sin salir ninguno,
hasta que usted a llegado!.
¿Por que lo dice usted
señor inspector?.
-¡¡POR QUE EL ASESINO SIGUE
EN ESTA HABITACIÓN!!.
El agente se quedó
asombrado con la contestación
de su jefe y pregunto:
-¿Pero señor, la habitación
estaba cerrada por dentro?,
no se pudo ir por la ventana
enrejada y, aquí no hay
nadie, solo la victima
encima de la cama, apuñalada
en el corazón.
-¡Coja a tres agentes y que
registren toda la habitación,
cada rincón, debajo la cama,
dentro del armario ropero,
por si hay un doble fondo,
algo, una trampilla por
algún sitio!.
-¡Si señor inspector!
Después de media hora de
registro, entre aquellas
cuatro paredes,
nada ni nadie se encontró.
-¡Señor aquí no hay nada,
esta limpio, solo está
la victima!.
-¡Agente deje dos hombres,
aquí vigilando noche
y día la única entrada de
esta habitación, y que nada
salga de ella, ni una
cucaracha!
-!Si señor!.¿Y la victima...?,
-Por su puesto que se la lleven
al deposito, por lo demás,
que ni las moscas salgan
de aquí.
Dormía plácidamente el
inspector Rodríguez,
en su cama.
Sobre las tres de
la madrugada su teléfono
sonó:-¡¡DÍGAME!!,
-¡SEÑOR INSPECTOR VENGA USTED
AL LUGAR DEL ASESINATO,
HA PASADO ALGO HORRIBLE!
El policía llegó a la
casa donde se había
producido la misteriosa
muerte, en aquella habitación
cerrada.
Subió las escaleras
llenas de agentes,
-¡Que!, ¿esta bueno el café
muchachos?.
-Si,si señor
es que hace mucho frio
a estas horas y...
-¡¿QUE HA OCURRIDO AQUÍ,
SARGENTO?.
-Como verá usted señor,
los dos agentes que vigilaban
la habitación, están
muertos, en
sus asientos.
El inspector examinó a
los dos hombres,con
especial interés las heridas,
pero estaban limpios, solo
con los ojos desencajados
mirando al infinito.
-¡¿Está el forense sargento?!
-¡Si señor, está abajo
haciendo su informe!.
El inspector bajó al salón
lleno de hombres
y camilleros de la ambulancia,
-¡Señor forense, ¿que a sido
la causa de la muerte de
esos dos veteranos agentes?.
-¡¡MIEDO INSPECTOR!!...-NO
SE...TERROR TAL VEZ, ALGO
LOS ASUSTO Y MURIERON DE
UN ATAQUE AL CORAZÓN.
Aquello era de locos, no
había manera de pillar
al posible asesino, pero
el si se encargaba
de asesinar a sus victimas.
A los quince días otro
asesinato ocurrió en
otro lugar de la ciudad.
Una casa, con una
habitación cerrada...,
como si el asesino se burlarse
de la policía.
-¿Lo mismo sargento?...
-Si señor, habitación
cerrada por dentro y sin
posible salida,pues esta vez
no hay ventanas, solo
la puerta de entrada,
-¿Esta registrada sargento?
-De arriba abajo señor, y
de aquí no ha salido nadie
hasta que usted a llegado.
-¡Sargento ponga un hombre
dentro de la habitación
para vigilar y otro delante
de la puerta, mas dos por
las escaleras que suben
hasta esta habitación,
esta noche vendré yo a echar
un vistazo!.
-¡si señor!.
Sobre las dos de la madrugada
con el frio y la lluvia,
calándole los huesos, el inspector
llegó a la casa de la víctima,
subió las escaleras y dijo
a sus hombres:- ¡MUCHACHOS IROS
A CASA LOS CUATRO Y DESCANSAR,
YO ME QUEDARE AQUÍ VIGILANDO!,
-¡Señor, puede ser peligroso,
quedarse aquí solo!.
-¡NO OS PREOCUPÉIS POR MI, NO ME VA
A PASAR NADA, IR MUCHACHOS!.
Una vez solo, el inspector
Rodríguez,se tomo un café
de su termo, y se sentó
delante de la entrada de la
habitación, mirando sus
cuatro paredes color blanco.
Sobre las cuatro de la
madrugada sus ojos le
empezaban a fallar y el
sueño invadía su frente,
unos ojos relucientes se
encendieron en la pared
como dos faros, que no
le pasaron desapercibidos
al inspector, ¿seria
un fantasma de verdad?.
Aquellos ojos desaparecieron
de la pared y solo estaba
la pared.
El inspector reaccionó
y se levanto de la
silla pistola en mano, mirando
las cuatro paredes de la
habitación.
No veía nada,
asustado, inspeccionó rincón
por rincón sin moverse
de la entrada, y... nada, solo
la cama, un armario, una
cómoda y una silla, lo demás
paredes blancas desnudas.
Llamó por su móvil a sus
hombres:- ¡AQUÍ EL INSPECTOR
RODRÍGUEZ ENVÍEN REFUERZOS
ES UN CÓDIGO 200, RÁPIDO!,
mientras, el inspector no
perdía de vista la habitación,
y de nuevo... unos ojos
relucientes, cargados de
maldad, se abrieron en la pared.
Muy asustado vio esos
ojos de la nada que se dirigían
hacia el y levantó su pistola.
El fantasma desapareció,
quedándose solo de nuevo.
Pero no las tenia todas, y
apuntó a todas las paredes
de la habitación y empezó
hacer disparos a las paredes
blancas, sin nada.
Durante dichos disparos,
los agujeros de las balas
se marcaban en las paredes
y muebles, descargó
todo el cargador, hubo
un silencio, y... al final
un quejido humano...
De la blanca pared, empezó
a caer sangre, de la nada,
y... unos ojos se abrieron,
cayendo al suelo un cuerpo.
La ayuda policial llego
tarde, pero llegó, el
inspector bajaba lentamente
la escalera y los agentes
le preguntaron:-¡¿ESTA USTED
BIEN SEÑOR?!.
-¡Si estoy bien
gracias, suban arriba, suban.
-¡INSPECTOR, ¿QUE HA PASADO?!,
-¡SARGENTO ARRIBA ESTA EL
ASESINO MUERTO. HÁGASE CARGO!.
El sargento llegó entre todos
sus hombres a la habitación y
se quedaron estupefactos.
Allí,en el suelo, yacía una silueta
totalmente blanca y ensangrentada,
no era del otro mundo, era
humano, desnudo depilado hasta
las cejas y pintado de blanco.
Como un camaleón se escondía
en el color de la pared pasando
desapercibido para el ojo humano.
Araciel Abaddon.
la habitación, solo
roto por los pasos
del teniente encargado
de aquel extraño caso:
La habitación cerrada.
¡¿OTRO ASESINATO?!...
- Así es señor inspector,
y el mismo modus operandi
que en los casos anteriores.
-Lo se, agente,
lo se: una habitación
cerrada por dentro con
cerrojo y pestillo, la
ventana con rejas fuera,
vamos, imposible huir
para un asesino, de esta
habitación, pero
¿DONDE ESTA?-
-¡Me imagino que echasteis
la puerta abajo, pues aquí
no esta!,
-la hemos retirado
inspector para no tropezar
con ella.
-¡¿De aquí,no ha
salido nadie?!.
-¡No inspector, estamos aquí
dentro sin salir ninguno,
hasta que usted a llegado!.
¿Por que lo dice usted
señor inspector?.
-¡¡POR QUE EL ASESINO SIGUE
EN ESTA HABITACIÓN!!.
El agente se quedó
asombrado con la contestación
de su jefe y pregunto:
-¿Pero señor, la habitación
estaba cerrada por dentro?,
no se pudo ir por la ventana
enrejada y, aquí no hay
nadie, solo la victima
encima de la cama, apuñalada
en el corazón.
-¡Coja a tres agentes y que
registren toda la habitación,
cada rincón, debajo la cama,
dentro del armario ropero,
por si hay un doble fondo,
algo, una trampilla por
algún sitio!.
-¡Si señor inspector!
Después de media hora de
registro, entre aquellas
cuatro paredes,
nada ni nadie se encontró.
-¡Señor aquí no hay nada,
esta limpio, solo está
la victima!.
-¡Agente deje dos hombres,
aquí vigilando noche
y día la única entrada de
esta habitación, y que nada
salga de ella, ni una
cucaracha!
-!Si señor!.¿Y la victima...?,
-Por su puesto que se la lleven
al deposito, por lo demás,
que ni las moscas salgan
de aquí.
Dormía plácidamente el
inspector Rodríguez,
en su cama.
Sobre las tres de
la madrugada su teléfono
sonó:-¡¡DÍGAME!!,
-¡SEÑOR INSPECTOR VENGA USTED
AL LUGAR DEL ASESINATO,
HA PASADO ALGO HORRIBLE!
El policía llegó a la
casa donde se había
producido la misteriosa
muerte, en aquella habitación
cerrada.
Subió las escaleras
llenas de agentes,
-¡Que!, ¿esta bueno el café
muchachos?.
-Si,si señor
es que hace mucho frio
a estas horas y...
-¡¿QUE HA OCURRIDO AQUÍ,
SARGENTO?.
-Como verá usted señor,
los dos agentes que vigilaban
la habitación, están
muertos, en
sus asientos.
El inspector examinó a
los dos hombres,con
especial interés las heridas,
pero estaban limpios, solo
con los ojos desencajados
mirando al infinito.
-¡¿Está el forense sargento?!
-¡Si señor, está abajo
haciendo su informe!.
El inspector bajó al salón
lleno de hombres
y camilleros de la ambulancia,
-¡Señor forense, ¿que a sido
la causa de la muerte de
esos dos veteranos agentes?.
-¡¡MIEDO INSPECTOR!!...-NO
SE...TERROR TAL VEZ, ALGO
LOS ASUSTO Y MURIERON DE
UN ATAQUE AL CORAZÓN.
Aquello era de locos, no
había manera de pillar
al posible asesino, pero
el si se encargaba
de asesinar a sus victimas.
A los quince días otro
asesinato ocurrió en
otro lugar de la ciudad.
Una casa, con una
habitación cerrada...,
como si el asesino se burlarse
de la policía.
-¿Lo mismo sargento?...
-Si señor, habitación
cerrada por dentro y sin
posible salida,pues esta vez
no hay ventanas, solo
la puerta de entrada,
-¿Esta registrada sargento?
-De arriba abajo señor, y
de aquí no ha salido nadie
hasta que usted a llegado.
-¡Sargento ponga un hombre
dentro de la habitación
para vigilar y otro delante
de la puerta, mas dos por
las escaleras que suben
hasta esta habitación,
esta noche vendré yo a echar
un vistazo!.
-¡si señor!.
Sobre las dos de la madrugada
con el frio y la lluvia,
calándole los huesos, el inspector
llegó a la casa de la víctima,
subió las escaleras y dijo
a sus hombres:- ¡MUCHACHOS IROS
A CASA LOS CUATRO Y DESCANSAR,
YO ME QUEDARE AQUÍ VIGILANDO!,
-¡Señor, puede ser peligroso,
quedarse aquí solo!.
-¡NO OS PREOCUPÉIS POR MI, NO ME VA
A PASAR NADA, IR MUCHACHOS!.
Una vez solo, el inspector
Rodríguez,se tomo un café
de su termo, y se sentó
delante de la entrada de la
habitación, mirando sus
cuatro paredes color blanco.
Sobre las cuatro de la
madrugada sus ojos le
empezaban a fallar y el
sueño invadía su frente,
unos ojos relucientes se
encendieron en la pared
como dos faros, que no
le pasaron desapercibidos
al inspector, ¿seria
un fantasma de verdad?.
Aquellos ojos desaparecieron
de la pared y solo estaba
la pared.
El inspector reaccionó
y se levanto de la
silla pistola en mano, mirando
las cuatro paredes de la
habitación.
No veía nada,
asustado, inspeccionó rincón
por rincón sin moverse
de la entrada, y... nada, solo
la cama, un armario, una
cómoda y una silla, lo demás
paredes blancas desnudas.
Llamó por su móvil a sus
hombres:- ¡AQUÍ EL INSPECTOR
RODRÍGUEZ ENVÍEN REFUERZOS
ES UN CÓDIGO 200, RÁPIDO!,
mientras, el inspector no
perdía de vista la habitación,
y de nuevo... unos ojos
relucientes, cargados de
maldad, se abrieron en la pared.
Muy asustado vio esos
ojos de la nada que se dirigían
hacia el y levantó su pistola.
El fantasma desapareció,
quedándose solo de nuevo.
Pero no las tenia todas, y
apuntó a todas las paredes
de la habitación y empezó
hacer disparos a las paredes
blancas, sin nada.
Durante dichos disparos,
los agujeros de las balas
se marcaban en las paredes
y muebles, descargó
todo el cargador, hubo
un silencio, y... al final
un quejido humano...
De la blanca pared, empezó
a caer sangre, de la nada,
y... unos ojos se abrieron,
cayendo al suelo un cuerpo.
La ayuda policial llego
tarde, pero llegó, el
inspector bajaba lentamente
la escalera y los agentes
le preguntaron:-¡¿ESTA USTED
BIEN SEÑOR?!.
-¡Si estoy bien
gracias, suban arriba, suban.
-¡INSPECTOR, ¿QUE HA PASADO?!,
-¡SARGENTO ARRIBA ESTA EL
ASESINO MUERTO. HÁGASE CARGO!.
El sargento llegó entre todos
sus hombres a la habitación y
se quedaron estupefactos.
Allí,en el suelo, yacía una silueta
totalmente blanca y ensangrentada,
no era del otro mundo, era
humano, desnudo depilado hasta
las cejas y pintado de blanco.
Como un camaleón se escondía
en el color de la pared pasando
desapercibido para el ojo humano.
Araciel Abaddon.
