• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

El "farol chino"

Entré en el "Farol Chino". Ese tugurio no había cambiado nada. La luz tenue no aminoraba la porquería que se adueñaba del local año tras año. El olor a tabaco, sudor y pobredumbre eran insoportables. Encendí un puro "El Puerto", sabía a rayos, pero a mi novia le encantaba su olor e intentaba complacerla. En la neblina pude distinguir a Josefina, la vieja meretriz y confidente de Jhony. Los pechos ya le tapaban el ombligo, y los dos kilos de maquillaje no podían disumular las arrugas de su cara, parecía un meandro. Me acerqué, estaba apoyada en la vieja barra de madera y skay. Fui a imitarla, pero temí que si apoyaba allí la gabardina pudiera quedarme pegado. Sujeté el puro con la mano mientras metía la otra en el bolsillo para palpar mi 45. ¡DIOS!, que mal sabía el dichoso habano. Acostumbrado a los tiroteos, el descomunal camarero se puso a mi lado mientras mantenía su brazo debajo de la barra. Le miré con cara desafío, me sopesó, y decidió que no era un tipo al que achantaría.

-Hola Josefina, veo los años no pasan por ti, tu amigo Jhony, ¿donde está?

Me señaló una mesa a mis espaldas. Me giré despacio a la vez que subía el cañon de mi arma. Allí estaba el condenado, con sus botines de tacón cubano y su traje de 5000 euros. Le rodeaban Fernando el dientes y el "rata". Cargué el percutor, antes de que se moviera ninguno terminaría mi trabajo. Pero sentí una fría punzada en mis riñones y una calida humedad bajandome por mis nalgas. De reojo vi a Josefina con una mueca que pretendía ser una sonrisa atractiva, sosteniendo una navaja ensangrentada. La piernas se me doblaron, y caí de rodillas, tenía la sensación de estar meándome. Los ojos se me cerraban mientras ese música cutre machacaba mis oidos. Sin quererlo di una calada ¡MIERDA! si que es mala suerte, no solo me muero apuñalado por una vieja puta, encima mi última bocanada es a este puro asqueroso. La noche guardó mis ojos, y Jhony siguió jugando su partida.
 

MARIPOSA NEGRA

********
ahhh mi querido Javi, disculpame la palabreja pero que jodida muerte, a eso se le llama estar mal y de malas, mira que morir a manos de una tipa en ruinas, por un ligero descuido y fumando puros de dudosa procedencia, jajajajajaja me encantooooooooo eres un genio con los relatos de este y de todos los tipos, un placer enorme leerte, besos asesino a sueldo :p
 
Al límite. 350 palabras justas! si eran 351 te pasaba al foro de prosas del far west pues me he imaginado cada imagen en esos tugurios del lejano oeste.
Viste eso te pasa por no querer las fiestas sorpresas de tu mujer....acuchillado por una vieja y traicionera meretriz, jajaja
Besos y gracias por compartir
 

SANDRA BLANCO

Administradora - JURADO
Entré en el "Farol Chino". Ese tugurio no había cambiado nada. La luz tenue no aminoraba la porquería que se adueñaba del local año tras año. El olor a tabaco, sudor y pobredumbre eran insoportables. Encendí un puro "El Puerto", sabía a rayos, pero a mi novia le encantaba su olor e intentaba complacerla. En la neblina pude distinguir a Josefina, la vieja meretriz y confidente de Jhony. Los pechos ya le tapaban el ombligo, y los dos kilos de maquillaje no podían disumular las arrugas de su cara, parecía un meandro. Me acerqué, estaba apoyada en la vieja barra de madera y skay. Fui a imitarla, pero temí que si apoyaba allí la gabardina pudiera quedarme pegado. Sujeté el puro con la mano mientras metía la otra en el bolsillo para palpar mi 45. ¡DIOS!, que mal sabía el dichoso habano. Acostumbrado a los tiroteos, el descomunal camarero se puso a mi lado mientras mantenía su brazo debajo de la barra. Le miré con cara desafío, me sopesó, y decidió que no era un tipo al que achantaría.

-Hola Josefina, veo los años no pasan por ti, tu amigo Jhony, ¿donde está?

Me señaló una mesa a mis espaldas. Me giré despacio a la vez que subía el cañon de mi arma. Allí estaba el condenado, con sus botines de tacón cubano y su traje de 5000 euros. Le rodeaban Fernando el dientes y el "rata". Cargué el percutor, antes de que se moviera ninguno terminaría mi trabajo. Pero sentí una fría punzada en mis riñones y una calida humedad bajandome por mis nalgas. De reojo vi a Josefina con una mueca que pretendía ser una sonrisa atractiva, sosteniendo una navaja ensangrentada. La piernas se me doblaron, y caí de rodillas, tenía la sensación de estar meándome. Los ojos se me cerraban mientras ese música cutre machacaba mis oidos. Sin quererlo di una calada ¡MIERDA! si que es mala suerte, no solo me muero apuñalado por una vieja puta, encima mi última bocanada es a este puro asqueroso. La noche guardó mis ojos, y Jhony siguió jugando su partida.

Pobre hombre que manera de morir aunque fuera un asesino,tan matoncito que parecía y mira como la quedo,jajjaja me encanto el relato y me sorprendió el final que esta muy bueno ,un gusto leerte,gracias por compartir,un beso grande.
 
Wowwww!!! Impresionante prosa Javier, profunda, satírica y hasta podríamos decir humoristica de color negro. Felicitaciones amigo por este maravilloso relato, saludos poeta
 

Cisne

Moderadora del Foro Impresionismo y Expresionismo,
Entré en el "Farol Chino". Ese tugurio no había cambiado nada. La luz tenue no aminoraba la porquería que se adueñaba del local año tras año. El olor a tabaco, sudor y pobredumbre eran insoportables. Encendí un puro "El Puerto", sabía a rayos, pero a mi novia le encantaba su olor e intentaba complacerla. En la neblina pude distinguir a Josefina, la vieja meretriz y confidente de Jhony. Los pechos ya le tapaban el ombligo, y los dos kilos de maquillaje no podían disumular las arrugas de su cara, parecía un meandro. Me acerqué, estaba apoyada en la vieja barra de madera y skay. Fui a imitarla, pero temí que si apoyaba allí la gabardina pudiera quedarme pegado. Sujeté el puro con la mano mientras metía la otra en el bolsillo para palpar mi 45. ¡DIOS!, que mal sabía el dichoso habano. Acostumbrado a los tiroteos, el descomunal camarero se puso a mi lado mientras mantenía su brazo debajo de la barra. Le miré con cara desafío, me sopesó, y decidió que no era un tipo al que achantaría.

-Hola Josefina, veo los años no pasan por ti, tu amigo Jhony, ¿donde está?

Me señaló una mesa a mis espaldas. Me giré despacio a la vez que subía el cañon de mi arma. Allí estaba el condenado, con sus botines de tacón cubano y su traje de 5000 euros. Le rodeaban Fernando el dientes y el "rata". Cargué el percutor, antes de que se moviera ninguno terminaría mi trabajo. Pero sentí una fría punzada en mis riñones y una calida humedad bajandome por mis nalgas. De reojo vi a Josefina con una mueca que pretendía ser una sonrisa atractiva, sosteniendo una navaja ensangrentada. La piernas se me doblaron, y caí de rodillas, tenía la sensación de estar meándome. Los ojos se me cerraban mientras ese música cutre machacaba mis oidos. Sin quererlo di una calada ¡MIERDA! si que es mala suerte, no solo me muero apuñalado por una vieja puta, encima mi última bocanada es a este puro asqueroso. La noche guardó mis ojos, y Jhony siguió jugando su partida.

¡¡Qué cosas!! ¡¡La puta te mató!! perdón, digo: mató al protagonista.
Me gustó mucho esta historia que pincelas tan bien que hasta acá me llegó ese olor tan terrible del lugar.
felicitaciones y un abrazo con cariño
Ana
 

Mary C. López

Miembro Conocido
Dramático cuadro nos deja tu lapicera poeta, tienes mucho talento al llevar al lector al sitio que deseas y yo complacida de leerte, saludos.
 

Azrael

Miembro Conocido
La suerte no le es favorable al protagonista, pero su escrito es magnífico, felicitaciones poeta
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba