renidesco
Miembro Activo
Su padre lo fue.
Sus abuelos, y algún familiar más, lo fueron.
Pero él nunca pensó
que sería también ferroviario.
Y, sin embargo, lo fue.
Pensó, al principio, que era algo transitorio;
pensó que estaba de paso;
pero allí se quedó.
Ni le gustaba ayer ni le gusta hoy,
pero se ha ido acostumbrando.
Se siente fracasado,
se siente frustado;
y no sabe salir.
Está perdiendo la salud,
está malgastando la vida;
y no es capaz de escapar.
Es ferroviario
y no es feliz.
¡Maldito ferrocarril!