JAVIER TOMAS
Sub Administrador
En su pecho van marcadas
cicatrices de una guerra,
una que nunca termina
renovada por unas monedas.
Ancho de hombros
grande de manos
pronto se adiestro en la espada
y eligió la fácil vida
del que no talla
del que no ara.
No sabe cuando el horror
dejó de serle extraño.
Tantas vidas segó,
tantas sin importarle.
Orgías de sangre y violación,
de fuego y muerte.
Nunca se justificó
ni buscó bandera,
unos litros de vino
eran su alivio,
su olvido, su sueño.
Las primeras pesadillas pasaron,
los primeros anhelos durmieron
ya solo vivía
para despertar un día más,
pero eso yo no ocurrirá
ahora tirado en el barro
sangrando de un tajo en el cuello
recorre su vida,
sin encontrar posada,
sin encontrar amigos,
sin encontrar consuelo,
se le escapa por su aliento
lo único que le queda de humano
ya solo sera alimento
de alimañas y gusanos
sin una tumba que diga
¡AQUI YACE JUAN MONTALBO!
cicatrices de una guerra,
una que nunca termina
renovada por unas monedas.
Ancho de hombros
grande de manos
pronto se adiestro en la espada
y eligió la fácil vida
del que no talla
del que no ara.
No sabe cuando el horror
dejó de serle extraño.
Tantas vidas segó,
tantas sin importarle.
Orgías de sangre y violación,
de fuego y muerte.
Nunca se justificó
ni buscó bandera,
unos litros de vino
eran su alivio,
su olvido, su sueño.
Las primeras pesadillas pasaron,
los primeros anhelos durmieron
ya solo vivía
para despertar un día más,
pero eso yo no ocurrirá
ahora tirado en el barro
sangrando de un tajo en el cuello
recorre su vida,
sin encontrar posada,
sin encontrar amigos,
sin encontrar consuelo,
se le escapa por su aliento
lo único que le queda de humano
ya solo sera alimento
de alimañas y gusanos
sin una tumba que diga
¡AQUI YACE JUAN MONTALBO!