JAVIER TOMAS
Sub Administrador
EL MUCHACHO Y EL DRAGÓN
Y furiosos dragones volaban
en ardientes orgías mortales,
de negro carbón eran sus señales
donde sus correrías llegaban.
A su tesoro adoraban
durmiendo en sus umbrales,
ronquidos de truenos brutales
que al más valiente mesaban.
Pero un día un muchacho
llegó al calor de su fuego
y se tomó como juego,
de la fiera, su mostacho.
Aniquilador de su poblacho
la bestia, de ira, queda ciego,
y el crío, de su talego,
de panal de miel le da chacho.
Jamas probó ambrosía
de tan exquisito sabor
y de tan peculiar color
que ahora se le ofrecía.
Ya solamente quería
un trozo de aquel doctor
que le aplacó el furor
de noche y de día...