JAVIER TOMAS
Sub Administrador
En el otero de mi vida
veo la flor marchita
que lucha por conservar
los últimos pétalos,
recuerdo de pasadas primaveras,
antes de yacer sobre sus raíces.
Intento aspirar el perfume
de la vida una vez más.
Dar la bienvenida al sol
y el adiós al verano.
Hacer trinar al canario
y zumbar a la abeja.
Pero ya el agua de la lluvia
no refresca mi belleza,
ni el viento de poniente
esparce mis semillas.
Me inclino sobre mi tallo
dando sombra a mi destino,
cansado del peso de una vida,
mustio sin poder distinguir
el horizonte que una vez
me inspiro mil sueños.
veo la flor marchita
que lucha por conservar
los últimos pétalos,
recuerdo de pasadas primaveras,
antes de yacer sobre sus raíces.
Intento aspirar el perfume
de la vida una vez más.
Dar la bienvenida al sol
y el adiós al verano.
Hacer trinar al canario
y zumbar a la abeja.
Pero ya el agua de la lluvia
no refresca mi belleza,
ni el viento de poniente
esparce mis semillas.
Me inclino sobre mi tallo
dando sombra a mi destino,
cansado del peso de una vida,
mustio sin poder distinguir
el horizonte que una vez
me inspiro mil sueños.