Sigifredo Silva
Miembro Conocido
La sextina
La sextina es un poema integrado por 39 versos endecasílabos que se agrupan formando seis estrofas de seis versos y un remate de tres versos. Se repiten seis palabras, las mismas al final de los versos de las estrofas pero siguiendo un orden preestablecido. Las seis palabras normalmente son sustantivos bisílabos, mas no es una norma rígida, de hecho, hay sextinas con sustantivos trisílabos, e incluso, con alguno que otro adjetivo; lo importante es que las seis palabras de la sextina guarden el orden preestablecido.
Espero que esta sextina, que con mucho cariño posteo en este bello sitio, sea del agrado del amable lector y quedaré gustosamente agradecido con sus comentarios sean de la índole que sean, claro está, bajo el respeto y las buenas relaciones.
Atte.
Sigifredo Silva R.
La sextina es un poema integrado por 39 versos endecasílabos que se agrupan formando seis estrofas de seis versos y un remate de tres versos. Se repiten seis palabras, las mismas al final de los versos de las estrofas pero siguiendo un orden preestablecido. Las seis palabras normalmente son sustantivos bisílabos, mas no es una norma rígida, de hecho, hay sextinas con sustantivos trisílabos, e incluso, con alguno que otro adjetivo; lo importante es que las seis palabras de la sextina guarden el orden preestablecido.
Espero que esta sextina, que con mucho cariño posteo en este bello sitio, sea del agrado del amable lector y quedaré gustosamente agradecido con sus comentarios sean de la índole que sean, claro está, bajo el respeto y las buenas relaciones.
Atte.
Sigifredo Silva R.
El pastor
Invocando oraciones a la Virgen
se oye al devoto y cándido pastor,
melancólico arrea a sus ovejas
por cuencas y riachuelos de los campos,
allá en su humilde pero limpio rancho
quedaron solos sus pequeños hijos.
La razón de su vida son sus hijos,
y como fiel, acérrimo, a la Virgen
deja encendidos cirios en el rancho,
de esa manera el crédulo pastor,
aunque apesadumbrado, por los campos
conduce con ternura a sus ovejas.
Parecen comprenderlo las ovejas
del amor ardentísimo a sus hijos
que van con él alegres por los campos;
un gesto de alborozo hay en la Virgen,
riega de bendiciones al pastor
lo mismo que a los vástagos del rancho.
A lo lejos se ve brillante el rancho
y en la campiña pastan las ovejas
con la mirada alerta del pastor;
el buen hombre asegura que sus hijos
están bajo el amparo de la Virgen
que tranquilo camina por los campos.
El aire puro y fresco de los campos
vigorifica y oxigena al rancho
que está santificado por la Virgen.
Son el sustento diario las ovejas,
alimenta con ellas a sus hijos,
ama a sus animales el pastor.
Por la tarde, a la entrada del pastor,
cansado de la brega de los campos,
colma de ardientes besos a sus hijos,
se llena de calor y amor el rancho;
plácidos, duermen junto a las ovejas
cuidados desde el cielo por la Virgen.
Cree mucho en la Virgen el pastor
que le reza en los campos y en el rancho
y adora a sus ovejas y a sus hijos.
Sigifredo Silva R.
Lausanne, 26.03.2015
Invocando oraciones a la Virgen
se oye al devoto y cándido pastor,
melancólico arrea a sus ovejas
por cuencas y riachuelos de los campos,
allá en su humilde pero limpio rancho
quedaron solos sus pequeños hijos.
La razón de su vida son sus hijos,
y como fiel, acérrimo, a la Virgen
deja encendidos cirios en el rancho,
de esa manera el crédulo pastor,
aunque apesadumbrado, por los campos
conduce con ternura a sus ovejas.
Parecen comprenderlo las ovejas
del amor ardentísimo a sus hijos
que van con él alegres por los campos;
un gesto de alborozo hay en la Virgen,
riega de bendiciones al pastor
lo mismo que a los vástagos del rancho.
A lo lejos se ve brillante el rancho
y en la campiña pastan las ovejas
con la mirada alerta del pastor;
el buen hombre asegura que sus hijos
están bajo el amparo de la Virgen
que tranquilo camina por los campos.
El aire puro y fresco de los campos
vigorifica y oxigena al rancho
que está santificado por la Virgen.
Son el sustento diario las ovejas,
alimenta con ellas a sus hijos,
ama a sus animales el pastor.
Por la tarde, a la entrada del pastor,
cansado de la brega de los campos,
colma de ardientes besos a sus hijos,
se llena de calor y amor el rancho;
plácidos, duermen junto a las ovejas
cuidados desde el cielo por la Virgen.
Cree mucho en la Virgen el pastor
que le reza en los campos y en el rancho
y adora a sus ovejas y a sus hijos.
Sigifredo Silva R.
Lausanne, 26.03.2015