Enrique Dintrans alarcón
Miembro Conocido
EL PEQUEÑO LEVIATÁN Y LAS PELOTAS
Unas gordas pelotas
ruedan redondas
en la blanda alfombra.
Han inflado las gomas
de las gordas pelotas
hinchadas y redondas.
Ahora posan las pelotas
sobre la alfombra.
y esto me asombra.
Un pequeño Leviatán
guillotinea en la sombra
y en su árbol sagrado
ha construido una horca.
¿Qué pueden temer
las pelotas gordas
la bravuconada
del pequeño Leviatán?
¿Acaso la horca
con cuerdas de gomas
desesperadas
las habrán de amedrentar?
¡Oh, Leviatán
ridículo furioso
una espina te clava la nariz
mientras te orinas
sobre la alfombra!
Y las gordas pelotas
pasan en la sombra
rodeando la horca
y las siguen de cerca
unas gordas culebras
que brotan de la alfombra.
¡Oh, pequeño Leviatán
somos tus hijas de goma
andamos en busca de sangre
bajo la sombra!
¿Qué pueden temer
las gordas pelotas redondas
la estulta presunción
de las culebras de goma?
Ellas escuchan felices
el piano de Mozart.
E.D.A
Unas gordas pelotas
ruedan redondas
en la blanda alfombra.
Han inflado las gomas
de las gordas pelotas
hinchadas y redondas.
Ahora posan las pelotas
sobre la alfombra.
y esto me asombra.
Un pequeño Leviatán
guillotinea en la sombra
y en su árbol sagrado
ha construido una horca.
¿Qué pueden temer
las pelotas gordas
la bravuconada
del pequeño Leviatán?
¿Acaso la horca
con cuerdas de gomas
desesperadas
las habrán de amedrentar?
¡Oh, Leviatán
ridículo furioso
una espina te clava la nariz
mientras te orinas
sobre la alfombra!
Y las gordas pelotas
pasan en la sombra
rodeando la horca
y las siguen de cerca
unas gordas culebras
que brotan de la alfombra.
¡Oh, pequeño Leviatán
somos tus hijas de goma
andamos en busca de sangre
bajo la sombra!
¿Qué pueden temer
las gordas pelotas redondas
la estulta presunción
de las culebras de goma?
Ellas escuchan felices
el piano de Mozart.
E.D.A
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