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El primer beso

texycruz

Miembro Conocido
Nerea se levantó muy tarde. Estaba tan cansada, que casi ni pudo abrir los ojos. ¿Dónde estaba? Esa no era su casa. No lograba recordar lo que había pasado la noche anterior. Tanto fue el esfuerzo, que le costó acordarse. ¡Qué vergüenza! Había llorado como no lo había hecho en toda su vida. Menos mal que fue en casa de la Sra. Dolmán …
Querida,¿ya estás despierta? - preguntó la Sra. Dolmán.
Sí,¿qué hora es? - contestó Nerea.
Es la una y media, ¿te quedas a comer, no? - respondía la Sra. Dolmán.
Las horas que eran, y ella todavía en la cama. Intentó levantarse, perole pesaban mucho sus piernas. Parecía que tuviera agujetas … Tantatensión la noche anterior, le había cansado todos los músculos desu cuerpo. Se levantó como pudo, se estiró un poco y se vistió.Una comida casera le esperaba, acompañada de una mujer que la queríacomo si fuera su madre.
Eltiempo pasaba y Nerea seguía luchando. Le iba bien en el trabajo,pero algo comenzó a perturbarla. Armando se había enamorado de ellay cada día se acercaba más. Nerea se asustó. La idea de enamorarseera inconcebible para ella.
Teníaterror al amor.
Erauna emoción demasiado intensa para ella. En el fondo, sentíacuriosidad por saber qué era el amor. Todos los acercamientos conhombres, habían sido en su infancia ...
¿Deverdad estaba interesada en ella? ¿Qué le habría visto? ¿Podríasoportar su cercanía? Ella huía cada vez que alguien se le acercabademasiado … La única persona con la que podía sentirse tranquilaera con la Sra. Dolmán, y eso solo porque la veía como una madre.
Nose lo llegaba a creer. Su corazón estaba demasiado dolido y rotocomo para estar abierto al amor. ¿Armando sería su hombre? Nuncahabía pensado en el tipo de hombres que le gustaban, ni lo queesperaba de un hombre … Era novata en esto del amor, así que notuvo otra que preguntarle a la Sra. Dolmán.
Aldía siguiente, corrió a casa de la Sra. Dolmán.


  • - ¡Hola Sra. Dolmán! Me alegro de verla. La andaba buscando ¿cómo se encuentra?.
    - Muy bien querida, como siempre. ¿Para qué me buscabas?
    - Verá Sra. Dolmán, Armando se ha enamorado de mí, idea que me aterra. Nunca he tenido pareja, ni he besado a nadie. No sé que se siente como podría surgir o que podría pasar. Me gustaría que me contara como fue el suyo. Siempre la escucho cuando tengo tiempo libre y en esta ocasión considero que, nadie mejor que usted, podría narrármelo y por qué no, quizás haga un artículo al respecto – Nerea rió.
    La Sra. Dolmán rió también - me halagas jovencita, siempre tan impetuosa. Claro que te lo contaré. Siéntate, prepararé un té. Este salón ha sido testigo de muchas de mis historias, pero la de mi primer beso no sucedió aquí.
    En aquella época, residía en la casita de campo de la abuela. Me había costado mucho que el autoritario de papá me diera permiso de bajar a la capital, a realizar unas compras con mis amigas. Tras varios intentos fracasados, lo conseguí. Sabía que él estaría allí y me puse muy bonita – siguió riéndose. Toma tu té. Es rojo, mi favorito. Disfrútalo mientras te cuento el mejor día de mi vida.
    - ¡Gracias! Me encanta su té. Lo llamo el té sabio, porque siempre que disfruto de él, aprendo muchísimo de la vida.
    - Querida ¡de eso se trata la vida! De aprender. ¿Cómo sino, hubiese llegado a ser una viejecita tan alegre y jovial? - dijo la Sra. Dolmán entre risas -. Como te iba diciendo, me puse muy bonita. Estrenaba un precioso vestido azul a juego con mis ojos, que estaban como platos para no perder detalle. Aquellos zapatos de bailarina ¡tan relucientes! Aquel sombrero que disimulaba mi timidez … Todo para tan mágico momento. Disculpa jovencita, tengo un poco de tos.
    - No se preocupe Sra. Dolmán, tosa tranquila. Cerraré la puerta del patio, empieza a refrescar.
    - ¡Sí! ¡pero no se me distraiga! ¡présteme atención que lo bueno empieza a rondar mis recuerdos!
    - Por supuesto, no perderé detalle.
    - ¡Aaaay!
    - ¿Qué le ocurre?
    - Nada querida. La nostalgia de aquellos quince años. Los años dorados e ideales, llenos de sueños, inocencia y felicidad … ¿Sabes? Fue una odisea llegar a la capital. No tenía tantos accesos como hoy en día, ni tantos medios. Pero al final sofocada llegué, y junto a mis amigas, sentadas en aquella cafetería, le vi entrar. Era el chico más lindo que jamás había visto. Mira ¿ves? Aún se me pone el bello de punta al recordarlo y me sube el mismo escalofrío por mis huesos y tengo las mismas mariposas en la barriga ...
    -¡Qué hermoso! Quisiera conocer eso algún día, sólo con esa sensación me conformaría ...
    - Llegará cuando menos lo esperes, no se busca.
    - ¿Y qué pasó, Sra. Dolmán? Me deja intrigada ...
    - Paciencia, las cosas saben mejor despacio. Él era mayor. Tenía 19 años espléndidos. Su melena rubia siempre despeinada con ese aire de rebelde, sus grandes ojos marrones y esa encantadora sonrisa que me perdía … Se sentó en la mesa de enfrente. Le esperaban sus amigos, pero no dejó de mirarme. En dos ocasiones, se levantó al servicio de caballeros para pasar por mi lado y dedicarnos una sonrisa cómplice … En ese instante, el momento feliz se congeló y a todos se nos aceleró el corazón. Un atracador armado invadió el local y a todos al suelo obligó a tumbar. Pasé mucho miedo, pero él, sin ser visto, fue arrastrándose a mi lado y bajo una mesa, nos cobijamos del pánico. El atracador se llevó su botín y todo fueron gritos y confusión, mientras nosotros seguíamos allí, los únicos sin incorporarse ...
    - ¡Qué miedo Sra. Dolmán! Lo tuvo que pasar muy mal.
    - No, desde que llegó a mi lado no sentí miedo. Antes de incorporarnos, nos miramos fijamente. El tiempo se paró para nosotros. Mientras el caos reinaba en el local, ajeno al momento más bonito de mi vida. Nuestros cuerpos fueron acercándose muy lentamente y sus labios se posaron en los míos. Destellos de luz iluminaron mis ojos, mi corazón quería salir del pecho y gritar al mundo tan vivo sentimiento. Sus labios eran dulces y me llenaron de placer … Mi primer beso.
    - Fascinante Sra. Dolmán, pero por curiosidad, ¿qué fue de él?
    Ring, ring sonó el teléfono …
    - Discúlpame querida. ya vengo – la Sra. Dolmán descolgó el teléfono- ¿Sí? ¿Quién es? Ah bien, pero no tardes, ya te echo de menos – y colgó -.Ya estoy querida.
    - No se preocupe Sra. Dolmán ¿algo importante?
    - Sí para mí, era el Sr. Dolmán, que se retrasará, pero que no tardará en venir para revivir el primer beso.
 
Nerea se levantó muy tarde. Estaba tan cansada, que casi ni pudo abrir los ojos. ¿Dónde estaba? Esa no era su casa. No lograba recordar lo que había pasado la noche anterior. Tanto fue el esfuerzo, que le costó acordarse. ¡Qué vergüenza! Había llorado como no lo había hecho en toda su vida. Menos mal que fue en casa de la Sra. Dolmán …
Querida,¿ya estás despierta? - preguntó la Sra. Dolmán.
Sí,¿qué hora es? - contestó Nerea.
Es la una y media, ¿te quedas a comer, no? - respondía la Sra. Dolmán.
Las horas que eran, y ella todavía en la cama. Intentó levantarse, perole pesaban mucho sus piernas. Parecía que tuviera agujetas … Tantatensión la noche anterior, le había cansado todos los músculos desu cuerpo. Se levantó como pudo, se estiró un poco y se vistió.Una comida casera le esperaba, acompañada de una mujer que la queríacomo si fuera su madre.
Eltiempo pasaba y Nerea seguía luchando. Le iba bien en el trabajo,pero algo comenzó a perturbarla. Armando se había enamorado de ellay cada día se acercaba más. Nerea se asustó. La idea de enamorarseera inconcebible para ella.
Teníaterror al amor.
Erauna emoción demasiado intensa para ella. En el fondo, sentíacuriosidad por saber qué era el amor. Todos los acercamientos conhombres, habían sido en su infancia ...
¿Deverdad estaba interesada en ella? ¿Qué le habría visto? ¿Podríasoportar su cercanía? Ella huía cada vez que alguien se le acercabademasiado … La única persona con la que podía sentirse tranquilaera con la Sra. Dolmán, y eso solo porque la veía como una madre.
Nose lo llegaba a creer. Su corazón estaba demasiado dolido y rotocomo para estar abierto al amor. ¿Armando sería su hombre? Nuncahabía pensado en el tipo de hombres que le gustaban, ni lo queesperaba de un hombre … Era novata en esto del amor, así que notuvo otra que preguntarle a la Sra. Dolmán.
Aldía siguiente, corrió a casa de la Sra. Dolmán.


  • - ¡Hola Sra. Dolmán! Me alegro de verla. La andaba buscando ¿cómo se encuentra?.
    - Muy bien querida, como siempre. ¿Para qué me buscabas?
    - Verá Sra. Dolmán, Armando se ha enamorado de mí, idea que me aterra. Nunca he tenido pareja, ni he besado a nadie. No sé que se siente como podría surgir o que podría pasar. Me gustaría que me contara como fue el suyo. Siempre la escucho cuando tengo tiempo libre y en esta ocasión considero que, nadie mejor que usted, podría narrármelo y por qué no, quizás haga un artículo al respecto – Nerea rió.
    La Sra. Dolmán rió también - me halagas jovencita, siempre tan impetuosa. Claro que te lo contaré. Siéntate, prepararé un té. Este salón ha sido testigo de muchas de mis historias, pero la de mi primer beso no sucedió aquí.
    En aquella época, residía en la casita de campo de la abuela. Me había costado mucho que el autoritario de papá me diera permiso de bajar a la capital, a realizar unas compras con mis amigas. Tras varios intentos fracasados, lo conseguí. Sabía que él estaría allí y me puse muy bonita – siguió riéndose. Toma tu té. Es rojo, mi favorito. Disfrútalo mientras te cuento el mejor día de mi vida.
    - ¡Gracias! Me encanta su té. Lo llamo el té sabio, porque siempre que disfruto de él, aprendo muchísimo de la vida.
    - Querida ¡de eso se trata la vida! De aprender. ¿Cómo sino, hubiese llegado a ser una viejecita tan alegre y jovial? - dijo la Sra. Dolmán entre risas -. Como te iba diciendo, me puse muy bonita. Estrenaba un precioso vestido azul a juego con mis ojos, que estaban como platos para no perder detalle. Aquellos zapatos de bailarina ¡tan relucientes! Aquel sombrero que disimulaba mi timidez … Todo para tan mágico momento. Disculpa jovencita, tengo un poco de tos.
    - No se preocupe Sra. Dolmán, tosa tranquila. Cerraré la puerta del patio, empieza a refrescar.
    - ¡Sí! ¡pero no se me distraiga! ¡présteme atención que lo bueno empieza a rondar mis recuerdos!
    - Por supuesto, no perderé detalle.
    - ¡Aaaay!
    - ¿Qué le ocurre?
    - Nada querida. La nostalgia de aquellos quince años. Los años dorados e ideales, llenos de sueños, inocencia y felicidad … ¿Sabes? Fue una odisea llegar a la capital. No tenía tantos accesos como hoy en día, ni tantos medios. Pero al final sofocada llegué, y junto a mis amigas, sentadas en aquella cafetería, le vi entrar. Era el chico más lindo que jamás había visto. Mira ¿ves? Aún se me pone el bello de punta al recordarlo y me sube el mismo escalofrío por mis huesos y tengo las mismas mariposas en la barriga ...
    -¡Qué hermoso! Quisiera conocer eso algún día, sólo con esa sensación me conformaría ...
    - Llegará cuando menos lo esperes, no se busca.
    - ¿Y qué pasó, Sra. Dolmán? Me deja intrigada ...
    - Paciencia, las cosas saben mejor despacio. Él era mayor. Tenía 19 años espléndidos. Su melena rubia siempre despeinada con ese aire de rebelde, sus grandes ojos marrones y esa encantadora sonrisa que me perdía … Se sentó en la mesa de enfrente. Le esperaban sus amigos, pero no dejó de mirarme. En dos ocasiones, se levantó al servicio de caballeros para pasar por mi lado y dedicarnos una sonrisa cómplice … En ese instante, el momento feliz se congeló y a todos se nos aceleró el corazón. Un atracador armado invadió el local y a todos al suelo obligó a tumbar. Pasé mucho miedo, pero él, sin ser visto, fue arrastrándose a mi lado y bajo una mesa, nos cobijamos del pánico. El atracador se llevó su botín y todo fueron gritos y confusión, mientras nosotros seguíamos allí, los únicos sin incorporarse ...
    - ¡Qué miedo Sra. Dolmán! Lo tuvo que pasar muy mal.
    - No, desde que llegó a mi lado no sentí miedo. Antes de incorporarnos, nos miramos fijamente. El tiempo se paró para nosotros. Mientras el caos reinaba en el local, ajeno al momento más bonito de mi vida. Nuestros cuerpos fueron acercándose muy lentamente y sus labios se posaron en los míos. Destellos de luz iluminaron mis ojos, mi corazón quería salir del pecho y gritar al mundo tan vivo sentimiento. Sus labios eran dulces y me llenaron de placer … Mi primer beso.
    - Fascinante Sra. Dolmán, pero por curiosidad, ¿qué fue de él?
    Ring, ring sonó el teléfono …
    - Discúlpame querida. ya vengo – la Sra. Dolmán descolgó el teléfono- ¿Sí? ¿Quién es? Ah bien, pero no tardes, ya te echo de menos – y colgó -.Ya estoy querida.
    - No se preocupe Sra. Dolmán ¿algo importante?
    - Sí para mí, era el Sr. Dolmán, que se retrasará, pero que no tardará en venir para revivir el primer beso.
TEXI

¡Qué fascinante primer beso!

¡En qué circunstancias!

Un fortísimo abrazo,

Guillermo.

 

Maese Josman

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Una bonita y especial historia...un verdadero placer pasar por tus letras, un abrazo desde la mancha, José Manuel // Maese Josman.
 

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