Cristina Guerrero S
Miembro Conocido
Quinto Elemento.
Buscaba un sito dormido en el final del desierto,
un sitio encadenado a la nostalgia,
sujeto a olvidados sentimientos,
un sitio carente de anzuelos muertos,
rodeado de las canciones al viento.
Buscaba y buscando anduve por senderos del tiempo,
con color a incertidumbre
y aroma a cabellos negros,
senderos enrojecidos por el sol
y desteñidos por el oscuro cielo.
Buscaba un oasis de cicatrices,
donde éstas fueran disueltas,
en el agua pura de un beso,
en el pozo perdido del sueño eterno.
Buscaba y en mi búsqueda callada,
se tejían infinitas telarañas,
que construían redes
puentes y murallas,
impidiendo el paso del sol,
dejándome con la mente pálida.
Buscaba en el final del camino,
una antorcha que me alumbrara,
unas manos amigas que aunque duras,
pudieran sostener con delicadeza mi esperanza.
Buscaba y en mi búsqueda solitaria,
se desteñía la magia de una mirada,
no comprendía en mi silencio eterno,
que serían las luces del mañana,
las que a través de otros ojos,
abrirían mi alma.
Buscaba al final del desierto,
cambiar esta rutina helada,
dejar las heridas en envases viejos,
llenar las vasijas de miel y agua clara.
Buscaba y en mi búsqueda desesperada,
Hallé el instante preciso de tu enigmática palabra,
y tu figura rodeada de fuego, que calcinó las telas de araña,
derribó murallas y miedos,
me indicó el sendero correcto,
me enseñó que sí había un mañana.
Buscaba un sito dormido en el final del desierto,
buscaba sin saber si el destino oiría mis lamentos,
buscaba el sol y la lluvia, abrazados por el viento,
pero no sabía que era el amor en su calidad de quinto elemento,
lo que le hacía falta a este cansado corazón,
que latía encerrado en su propio desierto.
Buscaba y en mi búsqueda me quedé,
perpetuo sobre la tibieza de tus besos.
(CRISTINA GUERRERO)
Buscaba un sito dormido en el final del desierto,
un sitio encadenado a la nostalgia,
sujeto a olvidados sentimientos,
un sitio carente de anzuelos muertos,
rodeado de las canciones al viento.
Buscaba y buscando anduve por senderos del tiempo,
con color a incertidumbre
y aroma a cabellos negros,
senderos enrojecidos por el sol
y desteñidos por el oscuro cielo.
Buscaba un oasis de cicatrices,
donde éstas fueran disueltas,
en el agua pura de un beso,
en el pozo perdido del sueño eterno.
Buscaba y en mi búsqueda callada,
se tejían infinitas telarañas,
que construían redes
puentes y murallas,
impidiendo el paso del sol,
dejándome con la mente pálida.
Buscaba en el final del camino,
una antorcha que me alumbrara,
unas manos amigas que aunque duras,
pudieran sostener con delicadeza mi esperanza.
Buscaba y en mi búsqueda solitaria,
se desteñía la magia de una mirada,
no comprendía en mi silencio eterno,
que serían las luces del mañana,
las que a través de otros ojos,
abrirían mi alma.
Buscaba al final del desierto,
cambiar esta rutina helada,
dejar las heridas en envases viejos,
llenar las vasijas de miel y agua clara.
Buscaba y en mi búsqueda desesperada,
Hallé el instante preciso de tu enigmática palabra,
y tu figura rodeada de fuego, que calcinó las telas de araña,
derribó murallas y miedos,
me indicó el sendero correcto,
me enseñó que sí había un mañana.
Buscaba un sito dormido en el final del desierto,
buscaba sin saber si el destino oiría mis lamentos,
buscaba el sol y la lluvia, abrazados por el viento,
pero no sabía que era el amor en su calidad de quinto elemento,
lo que le hacía falta a este cansado corazón,
que latía encerrado en su propio desierto.
Buscaba y en mi búsqueda me quedé,
perpetuo sobre la tibieza de tus besos.
(CRISTINA GUERRERO)
