DR Jose Roberto Hernandez
Miembro Conocido
El silencio de los peces
Pegué el oído a una pecera al ver dos pececitos frente a frente balbuceando. Por supuesto no oí nada y resolví tomar un pequeño tubo que desde mi oído introduje en el agua, con la esperanza de oír sus palabras.
Cayó la noche y me dormí. Soné que vivía en sus parajes y procure ver a mis protagonistas. Un colisable macho, tocaba la puerta de su novia, en la roca del fondo de la pecera con un ejército de Kiupis tocando serenata.
Le pregunté a el pececillo de la guitarra y me dijo que desde ayer en la tarde, el colisable de mi historia intentaba reconciliarse con su novia....
En eso amaneció y aun con el dispositivo en mi oído, desperté abruptamente. Me estire solo para advertir unas letras en el cristal que decía:
-Finalmente la conquiste!!!. Busqué a mis peces en vano nadando en la pecera. Supuse entonces disfrutaban su segunda luna de miel, en el castillito al fondo mismo y con la puerta entonces absolutamente cerrada.
Vampi
Pegué el oído a una pecera al ver dos pececitos frente a frente balbuceando. Por supuesto no oí nada y resolví tomar un pequeño tubo que desde mi oído introduje en el agua, con la esperanza de oír sus palabras.
Cayó la noche y me dormí. Soné que vivía en sus parajes y procure ver a mis protagonistas. Un colisable macho, tocaba la puerta de su novia, en la roca del fondo de la pecera con un ejército de Kiupis tocando serenata.
Le pregunté a el pececillo de la guitarra y me dijo que desde ayer en la tarde, el colisable de mi historia intentaba reconciliarse con su novia....
En eso amaneció y aun con el dispositivo en mi oído, desperté abruptamente. Me estire solo para advertir unas letras en el cristal que decía:
-Finalmente la conquiste!!!. Busqué a mis peces en vano nadando en la pecera. Supuse entonces disfrutaban su segunda luna de miel, en el castillito al fondo mismo y con la puerta entonces absolutamente cerrada.
Vampi