Cristina Guerrero S
Miembro Conocido
En el sofá diminuto a los pies del universo
escucho callada los versos de la historia,
un murmullo de caracolas sonrientes a la orilla del mar,
un capullo de rosa que hoy nace en el jardín de mi madre,
un suspiro del viento que se hiere y se hace parte del eclipse otoñal.
Cierro mis ojos bombardeados de recuerdos,
dejo caer en mi falda el travieso cántico de un amor infinito,
aun escucho al universo y su perfecto delirio,
aun sopla el viento en mi frente el zumbido de mi destino.
Ya es de día en la locura
y el pasadizo a la cordura parece cada segundo mas estrecho y peligroso,
"No volveré si me voy"
no regresaré al sofá diminuto a los pies del universo
si dejo de oír a mi corazón.
Y que hay de atractivo en la cordura?
Un poco de luz en las calles por las noches?,
un velo que cubre las vergüenzas ajenas?
Una gota de agua en la ventana que aburridamente desciende hasta la muralla?
No!, no quiero regresar,
este sofá es cómodo y me permite respirar en paz,
el túnel como despistado se comienza a cerrar
y mis pies que han andado distancias incalculables descansan sobre la tibia moneda del azar.
No quiero cubrir lo que ellos llaman vergüenzas,
las quiero ensalzar,
quiero comer manzanas del conocimiento,
y recorrer el Edén tras un cometa impregnado de la verdad...
Quiero ser yo misma así con mi alma y mi pluma,
y dejar que mis sueños vuelen tras el horizonte de cristal,
quiero traer a este mundo a quienes me quieran acompañar
y no criticar sus sueños,
si no mas bien dejarlos volar.
Y sentarnos juntos en este sofá diminuto a los pies del universo
para desde aquí contemplar el mundo
y descubrir que valió la pena despegar de allí los pies
y encender una llama de Fe en la historia del tiempo
sin desfallecer en el intento de ser un susurro del viento
en la alforja del pegazo que tiñe de estelas las sonrisas
de un potente trueno.
No pretendo ni quiero ser lo que jamás fui,
no quiero el plástico inerte que cubre los ojos de los hombres,
no quiero las manos que me abrazan y luego se pintan de franjas sobrepasadas,
no quiero pertenecer a un mundo cuerdo en la locura falsa...
Quiero mi diminuto sofá,
el viento en mi frente
y las caracolas del mar,
a los pies del universo.
(CRISTINA GUERRERO)
escucho callada los versos de la historia,
un murmullo de caracolas sonrientes a la orilla del mar,
un capullo de rosa que hoy nace en el jardín de mi madre,
un suspiro del viento que se hiere y se hace parte del eclipse otoñal.
Cierro mis ojos bombardeados de recuerdos,
dejo caer en mi falda el travieso cántico de un amor infinito,
aun escucho al universo y su perfecto delirio,
aun sopla el viento en mi frente el zumbido de mi destino.
Ya es de día en la locura
y el pasadizo a la cordura parece cada segundo mas estrecho y peligroso,
"No volveré si me voy"
no regresaré al sofá diminuto a los pies del universo
si dejo de oír a mi corazón.
Y que hay de atractivo en la cordura?
Un poco de luz en las calles por las noches?,
un velo que cubre las vergüenzas ajenas?
Una gota de agua en la ventana que aburridamente desciende hasta la muralla?
No!, no quiero regresar,
este sofá es cómodo y me permite respirar en paz,
el túnel como despistado se comienza a cerrar
y mis pies que han andado distancias incalculables descansan sobre la tibia moneda del azar.
No quiero cubrir lo que ellos llaman vergüenzas,
las quiero ensalzar,
quiero comer manzanas del conocimiento,
y recorrer el Edén tras un cometa impregnado de la verdad...
Quiero ser yo misma así con mi alma y mi pluma,
y dejar que mis sueños vuelen tras el horizonte de cristal,
quiero traer a este mundo a quienes me quieran acompañar
y no criticar sus sueños,
si no mas bien dejarlos volar.
Y sentarnos juntos en este sofá diminuto a los pies del universo
para desde aquí contemplar el mundo
y descubrir que valió la pena despegar de allí los pies
y encender una llama de Fe en la historia del tiempo
sin desfallecer en el intento de ser un susurro del viento
en la alforja del pegazo que tiñe de estelas las sonrisas
de un potente trueno.
No pretendo ni quiero ser lo que jamás fui,
no quiero el plástico inerte que cubre los ojos de los hombres,
no quiero las manos que me abrazan y luego se pintan de franjas sobrepasadas,
no quiero pertenecer a un mundo cuerdo en la locura falsa...
Quiero mi diminuto sofá,
el viento en mi frente
y las caracolas del mar,
a los pies del universo.
(CRISTINA GUERRERO)
