• Sabías que puedes registrarte o ingresar a tu cuenta directamente desde facebook con el botón de facebook en la parte superior de la página?

Elisa

Esto ocurrió por allá de los finales del siglo quince. Era una muchacha de origen indígena, joven y muy bonita de por allá de la ciudad de la Villa Rica de la Veracruz, Debido a su extrema hermosura, un noble caballero español, muy religioso y noble, además de muy rico, la trajo a vivir con èl hacia, el Norte, cerca a la Ciudad de la Nueva España.
Vivieron muy felices durante pocos años. El caballero durante el tiempo que la tuvo viviendo con èl, siempre la trato con caballerosidad y mucho amor. Brindándole una vida sin carencias y un trato amable., la amaba con toda su alma.
La dama, ayudaba a los pobres e indigentes, dándoles caridad y algunas monedas. Entre los indigentes se encontraba una niña llamada Elisa, huérfana, como de seis años, que dormía donde fuera y recibía limosnas. Morena como todos los indígenas de estas tierras. Su madre había muerto en la hoguera acusada de bruja hacia tres años.. A ella le daba a mas de alimentos y monedas, ropa que compraba en el mercado. La acariciaba y platicaba con ella recomendándole se acercara a Dios, que Él le brindaría socorro y protección en toda su vida.
Desgraciadamente el caballero falleció al caer de un caballo y desnucarse, dejándole una gran riqueza y muchas y grandes propiedades. Ella le llorò desconsoladamente ya que también le amaba con todo su corazòn. Y quizá para aminorar en algo su pena, comenzó a asistir casi a diario a la iglesia.
Al cabo de casi un año, el cura que predicaba en esa iglesia, al verla continuamente en las homilías, al ver la triste hermosura de la mujer, además de su hermoso cuerpo, se comenzó a sentir atraído hacia la hermosa viuda. Y comenzó a tramar la forma de intimidar con ella, y buscar la consumación de sus deseos.
Con el pretexto de consolarla en sus penas, al término de la misa se acercaba a ella, hablándole de Dios, de su incomprensible voluntad, y de la resignación a la misma.
Al paso de algunas semanas, y no pudiendo tolerar màs el deseo que le despertaba la viuda, le insinuó que el era quien le brindaría la protecciòn y ayuda que ella necesitaba. Dios lo había puesto en su camino para salvar su vida en la tierra y su alma en el más allá.
Ella, lo rechazò, sutilmente, explicándole que ya había aceptado la voluntad de Dios, y que si iba a la iglesia casi a diario era para agradecerle al Altísimo le hubiese proporcionado la paz necesaria para su espíritu.
Sin embargo el sacerdote no cejó en su intento y tratò de convencerla de diferentes maneras.
Al principio, intento hacerse su confesor, pero ella le explicó que vivía apegada a los cànones establecidos por Dios, y su confesor pertenecía a la catedral de la capital, al cual ella acudía una vez al mes.
Después ofreció ser su amigo y acompañarla para que ella no se sintiera tan sola.
Proposiciòn que también fue rechazada, con el argumento de que ella vivía bien asì, sola, que le daba oportunidad de recordar a su amado esposo, y asì mismo por medio de la oración, acercarse al Señor.
El sacerdote sentía que era necesario convencerla, de alguna manera compartiera con èl ese hermoso cuerpo, además, claro està, esa jugosa fortuna de la cual era dueña.
Al ver que no era posible de ninguna manera satisfacer sus innobles deseos, pensó en vengarse. Quizás viéndose la dama en peligro, èl pudiera ayudarla a cambio de eso que èl anhelaba.
La pondría en un gran peligro, sin que ella lo supiese claro. Y él la salvaría a cambio de su cuerpo… y su gran fortuna por supuesto. Para èl sería fácil.
Así que poniendo manos a la obra se presento a la Santa Inquisición y sin explicar sus verdaderas intenciones la acusó de practicar la brujería.
La Santa Inquisición, como sabemos, no requería pruebas. Solo bastaba quién acusara para detener inmediatamente al acusado.
Acusada de brujería la dama, fue llevada por el Tribunal Supremo de la Santa Inquisición a la sala de Audiencias.
Al ser interrogada por los consultores y ante su negativa de aceptar los cargos que se le imputaban, su cuerpo fue inspeccionado exhaustivamente. En la actualidad se sabe que casi todas las personas tenemos un bello blanco en el cuerpo, y eso fue lo que le encontraron cerca del pubis.
Este era motivo para acusar a la gente de brujería, y estando el bello cerca del pubis, decían, era por que tenia relaciones sexuales con el demonio.
Habiendo sido advertidos los inquisidores por el sacerdote, de que las torturas a que fuera sometida no deberían ser tan crueles, iniciaron con “El potro”, estirando las extremidades hasta casi desarticularlas, controlando el cabestrante.
Ante la férrea negativa de la mujer a aceptarse bruja, los verdugos la sometieron a diferentes tormentos como, “La Doncella de Hierro” cuyas puntas de acero también podían ser ajustadas para que el daño no fuera mortal, el “Aplastacabezas” que también se controlaba. Y varios màs, todos controlados para evitar dañaran demasiado el bello cuerpo.
El sacerdote fue a visitarla a las mazmorras llevándole una “conveniente propuesta “.
Le dijo que si ella aceptaba relacionarse con èl y aceptaba como su “protector” al igual que administrador de sus bienes, èl la podía salvar.de una horrible e inminente muerte.
La hermosa mujer, con el rostro descompuesto por el dolor que le habían ocasionado los tormentos le contesto; -Por que creo en Dios y se que Èl es justo, castigarà la mentira y la maldad, no renunciare a Êl aceptando ser discípula de “vuestro dios” que es la avaricia y la lujuria. Pagareis caro por tus pecados.
A lo que el sacerdote, con el rostro rojo de ira contestò. -Por esto, vuestro cuerpo, honra y espíritu serán escarnio de la gente y obtendréis una muerte lenta y dolorosa. Os arrepentiréis de esta afrenta a mi persona.
Los tormentos en días posteriores fueron màs crueles y dolorosos.
Le fue impuesto el “Cinturón de Castidad” que provocaba grandes infecciones y hasta la gangrena, “El Collar de san Erasmo” que le desgarro el cuello, dormía con “La Cigüeña” en posición cúbito y sin poder extender los miembros que le ocasionaban fuerte calambres.
Sin embargo, no cedió y no la pudieron hacerse confesar bruja y adoradora de Satanás
Ella, sufriendo los tormentos mas crueles solo oraba pidiéndole a Dios fortaleza y aceptando su voluntad, fuera cuál fuera.
El sacerdote ya fuera de sì al no poder obtener sus insanos deseos ordeno fuera torturada con “El Desgarrador de Senos”, y le fuera colocada la “La Pera Vaginal” cuyas puntas en los extremos desgarraron el útero.
Después ordeno fuera atada desnuda a un poste de madera en la Plaza Central. Así fue exhibida para el pueblo.
Un domingo fue expuesta, el pueblo pasaba y la miraba compasivamente, pero no podían hacer nada por ella. Sabían como se las gastaba La Santa Inquisición. Así que solo la miraban y continuaban su camino.

Habían pasado veinte días desde que fuera apresada, ese domingo ya por la tarde, poco antes de obscurecer, débil, deshidratada y muy delgada con el Collar de San Erasmo y la pera vaginal en su cuerpo, ya casi moribunda pedía con voz baja y sufriente ¡agua! ¡agua!.
Una niña la miraba con llanto en los ojos desde un extremo de la plaza.
Elisa con vista borrosa por el llanto, se preguntaba si eso era lo que una mujer buena, colmada de caridad hacia los pobres, llena de las virtudes que proclamaba la iglesia, era lo que merecía. ¿No decía que Dios protegía a sus servidores? ¿No decía que Dios a sus adoradores los libraba de todo mal?
¿Ese era el Dios que los extranjeros habían traído y a quien la hermosa dama había servido y adorado, que permitía tanto sufrimiento a una de sus fieles? No lo entendía.
Se acerco con un vaso de agua en la mano, acercándoselo a los labios le dijo –Bebed, así calmareis un poco vuestro dolor-
La dama levantó su demacrado rostro y con un rictus de dolor dijo –Gracias, Dios os bendiga- Ante estas palabras, la niña, sintió mucha rabia y coraje, y contestó en voz muy baja -¿Así? Prefiero cuidarme sola-
La dama miro con gran angustia a la niña, quiso decirle algo, pero dejando caer sobre su pecho la cabeza, expiro.
La niña se abrazó al desmedrado cuerpo y depositó un beso en un brazo de la muerta.
En es mismo instante y en cosa de un segundo, vio todo el tormento a que la dama fue sometida. La vio sufriendo con los aparatos de tortura a que fue sometida. Sintió en carne propia los sufrimientos de ella. Miró las vejaciones ejecutadas por los verdugos de la Santa Inquisición, escuchó frases burlonas como –Dile a Satanás que os libre de esto- mientras era violada. También escuchó –Son ordenes del sacerdote a quien mas os hubiese convenido tenerle contento- Y sintió una rabia encarnizada.
En ese momento escucho un grito proveniente a sus espaldas –¡Niña! alejaos de allí si no queréis que os pase lo mismo- Era un guardia del Santo Oficio que corría hacia ella para alejarla de allí.
La niña lo fulmino con una mirada de furia, literalmente. El guardia cayó como fulminado por un rayo.
La niña volteo hacia todos lados para ver si no acudían más guardias. La plaza estaba totalmente vacía de gente.
Elisa, depositando otro beso, ahora en el pelo de la dama que caía sobre su rostro, llorando se alejò, rumbo a las afueras del pueblo.

Tiempo después, el cura soñó con la dama muerta. Soñaba que la tenía en sus brazos, llena de pasión, pidiéndole la hiciera suya.
La dama se encontraba abrazada fuertemente debajo de él, con los brazos sobre el cuello.
El cura excitado, separo apresuradamente sus piernas y la penetró. En la excitación sintió que ella bajaba un brazo a su cintura y lo apretaba fuertemente al tiempo que las piernas de la hermosa dama se apretaban fuertemente a su cadera y entre lánguidos suspiros le decía al oído. -No nos separaremos jamás. Soy vuestra y vos eres mío-
Ya para llegar el éxtasis, justo antes de alcanzarlo, la dama desapareció de sus brazos y sintió que no eran los brazos y piernas de la dama lo que lo estrujaban. Advirtió en su cuerpo algo metálico y abrió los ojos.
A la luz de una bujía, pudo ver que lo que en su sueño eran las piernas alrededor de su cintura, era realmente el Cinturón de San Erasmo. Queriendo palpar su cuello, ya que aún sentía el brazo de la hermosa dama, se diò cuenta que realmente era un Collar de Púas. Y lo que creyera que cobijaba su miembro era realmente un Cinturón de Castidad masculino con una púa detractora en la punta.
Sintiò algo en el recto, ya fuera de sì y con gran terror llevo su mano allí y detectò que era una Pera Anal. Quiso sacarla antes de que fuera activada pero no pudo.
Lleno de terror y con el rostro bañado en llanto, comenzó a rezar y a pedir perdón a Dios, cuando advirtio que estos aparatos se activaban como por arte de magia.
No supo que fue primero, si el collar de Pùas, que poco a poco comenzó a desgarrar su cuello, o el Cinturòn de San Erasmo que igual se clavaba en su piel y la rompía en su cintura, o el sentir que la pua de acero del Cinturòn de Castidad se clavaba en la punta del glande. Pero lo que màs le causo terror fue la pera anal. Esta empezaba a abrir dentro del recto, esperando sus efectos casi se vuelve loco.
Pidiendo perdón a gritos a Dios y a la dama cayò sobre su catre, y con gran dolor y sufrimiento, lleno de terror al pensar que iniciaba su camino hacia el infierno. Allí murió después de sufrir un gran tormento.

En una loma cercana al pueblo, desde donde se alcanzaba a ver todo éste, se encontraba la niña Elisa sentada sobre la hierba, mirando fijamente el edificio del Santo Tribunal, y con llanto en los ojos miraba como este era envuelto por las llamas de un fuego que nadie supo què o quièn lo originò.
Dentro del edificio se encontraban los inquisidores y los verdugos que, no alcanzaron a salir del tribunal, ya que el fuego se origino repentinamente y con gran fuerza,. Murieron calcinados todos.
La niña Elisa se enderesò lentamente y dando media vuelta camino hacia la arboleda que cubría los cerros que circundaban el pueblo. Después, caminando lentamente se fundió en el éter y desapareció.
Rubèn Fontes “el loco”
 
Estimado amigo Luis Underground, es un gran placer tu paso por estas humildes letras, y para mì, muy valiosa opiniòn, Mil gracias y recibe un fuerte abrazo y mil bendiciones.
 
Querida amiga Maru, es en realidad un gran placer el que haya gustado esta historia. Mil gracias por tu paso y por tus alicientes palabras. Deseandote lo mejor de la vida, un abrazo y un beso.
 

RADIO EN VIVO

Donar

Versos Compartidos en Facebook

Arriba