Olimpia Era
Miembro Conocido
Emociones
¿Por qué no puedo olvidar los sentimientos?.
¿Por qué ahora mis padres, ya mayores, me inspiran tanta ternura?
Ahora soy yo, estoy aquí dentro de este cuerpo, desgastado, enfermizo, con unos cuantos más de más.
Pero..., toc- toc, soy yo, la misma jovencita de los dieciocho años.
Me siento igual, incluso más libre, más segura. Soy la de siempre, tal vez con algo más de sabiduría y humildad.
Ahora, con esta edad, me he vuelto rebelde, no me dejo dominar, aunque si ceder cuando las circunstancias lo exigen.
Llevo los sentimientos a flor de piel y se me ponen en marcha con las cosas más sencillas.
Una puesta de sol hermosa, me hace dejar lo que estoy haciendo y
mirarla, sentir su belleza y admirar su color y guardarlo en mi interior.
El romper de las olas del mar, su sonido, su bravura, me estremecen.
Ese verdor de las praderas, la ternura de los animales, la sinceridad de los niños..., todo me hace sentir emociones.
Todo deseo guardarlo y no olvidarlo jamás.
Nadie me va a decir que he de hacer, pues no lo consentiré como en el pasado.
Soy libre y paro mis actividades para disfrutar de esos bellos momentos que me ofrece la vida y, darme tiempo, para guardarlos en mi interior.
Olimpia Era
¿Por qué no puedo olvidar los sentimientos?.
¿Por qué ahora mis padres, ya mayores, me inspiran tanta ternura?
Ahora soy yo, estoy aquí dentro de este cuerpo, desgastado, enfermizo, con unos cuantos más de más.
Pero..., toc- toc, soy yo, la misma jovencita de los dieciocho años.
Me siento igual, incluso más libre, más segura. Soy la de siempre, tal vez con algo más de sabiduría y humildad.
Ahora, con esta edad, me he vuelto rebelde, no me dejo dominar, aunque si ceder cuando las circunstancias lo exigen.
Llevo los sentimientos a flor de piel y se me ponen en marcha con las cosas más sencillas.
Una puesta de sol hermosa, me hace dejar lo que estoy haciendo y
mirarla, sentir su belleza y admirar su color y guardarlo en mi interior.
El romper de las olas del mar, su sonido, su bravura, me estremecen.
Ese verdor de las praderas, la ternura de los animales, la sinceridad de los niños..., todo me hace sentir emociones.
Todo deseo guardarlo y no olvidarlo jamás.
Nadie me va a decir que he de hacer, pues no lo consentiré como en el pasado.
Soy libre y paro mis actividades para disfrutar de esos bellos momentos que me ofrece la vida y, darme tiempo, para guardarlos en mi interior.
Olimpia Era
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