Reina Mora
Miembro Conocido
EN DEFENSA PROPIA
Lanza su línea y se deja traspasar por un zumbido que corta el aire,
resplandores concentricos rodean el embudo de agua que engulle la mortífera carnada,
van quedando círculos plateados como órbitas solares, en la quietud circundante.
Al final de una silenciosa jornada, sudoroso y en rutinario ajetreo
el pescador vuelve con el vital alimento, indiferente al suceso urbano.
¿Desde cuando estaría encerrado en su interior, donde sólo cabe el río y sus pensamientos?
Descartando que hubiese perdido las llaves o la razón para introvertirse,
los motivos vociferantes lo eximen de toda explicación:
la vida en su interior no pone en peligro sus emociones ni sus buenas intenciones
nada atenta contra sus sueños e ilusiones, ni contamina sus deseos.
Un paraíso de intensos matices, de sencillos quehaceres y el agua solitaria
que limpia, alimenta, refresca y sacia la sed de esa única abundancia
son los preciados bienes y saberes que conserva, en defensa propia.
********Reina Mora********
Lanza su línea y se deja traspasar por un zumbido que corta el aire,
resplandores concentricos rodean el embudo de agua que engulle la mortífera carnada,
van quedando círculos plateados como órbitas solares, en la quietud circundante.
Al final de una silenciosa jornada, sudoroso y en rutinario ajetreo
el pescador vuelve con el vital alimento, indiferente al suceso urbano.
¿Desde cuando estaría encerrado en su interior, donde sólo cabe el río y sus pensamientos?
Descartando que hubiese perdido las llaves o la razón para introvertirse,
los motivos vociferantes lo eximen de toda explicación:
la vida en su interior no pone en peligro sus emociones ni sus buenas intenciones
nada atenta contra sus sueños e ilusiones, ni contamina sus deseos.
Un paraíso de intensos matices, de sencillos quehaceres y el agua solitaria
que limpia, alimenta, refresca y sacia la sed de esa única abundancia
son los preciados bienes y saberes que conserva, en defensa propia.
********Reina Mora********